El presidente Daniel Ortega ganó unas controvertidas elecciones en Nicaragua, calificadas de “burla” y “farsa” por la comunidad internacional, tras alcanzar este lunes el 75 % de los votos, y haciéndose así con su cuarto mandato consecutivo.
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Una vez escrutados los votos de la mitad de las mesas electorales, la presidenta del Consejo Supremo Electoral (CSE), Brenda Rocha, precisó que en segundo lugar, muy alejado de Ortega, se situaba el candidato liberal (señalado como colaborador del gobierno) Walter Espinoza, con 14.4 % de los sufragios.
Poco después de la publicación de estos resultados parciales, la Unión Europea (UE) aseguró que estos “carecen de legitimidad”.
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Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, calificó el proceso electoral de “burla”.
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El domingo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que los comicios habían sido una “farsa”.
De su lado, el mandatario de Venezuela, aliado de Ortega, Nicolás Maduro, felicitó al mandatario nicaragüense por los resultados de los comicios.
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Cuarto mandato consecutivo
En las calles de Managua, ondeando banderas rojinegras del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y en medio de fuegos artificiales, música y baile, seguidores de Ortega festejaban el lunes de madrugada en la Plaza de las Victorias, en el centro de la capital.
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Tras llegar al poder por las urnas en 2007, Ortega, quien el jueves cumplirá 76 años, asumirá otros cinco años como presidente, a la cabeza del FSLN, junto a su poderosa esposa Rosario Murillo, de 70, que se será vicepresidenta por segunda vez.
El exguerrillero sandinista, quien también gobernó el país en los años 1980 luego de que el FSLN derrocara en 1979 al dictador Anastasio Somoza, enfrentó a Espinoza y a otros cuatro candidatos derechistas, desconocidos y tachados de colaboradores del gobierno.
Tras 14 años en el poder, Ortega es acusado por sus críticos y opositores de “nepotismo” y de instaurar una dictadura, mientras que el exguerrillero asegura que su gobierno es del “pueblo” y defiende la soberanía de su país de los “ataques” de Estados Unidos.
El CSE estimó en un 65 % la participación, aunque el observatorio independiente Urnas Abiertas aseguró que la abstención habría alcanzado un 81.5 %, aunque estos datos no se han podido verificar. Los opositores, la mayoría en el exilio o presos, habían llamado a la abstención.
Los comicios también designaron a 90 diputados de un Congreso que, al igual que todos los poderes del Estado, está bajo control del gobierno. Urnas Abiertas señaló que las elecciones estuvieron marcadas por la “abstención”, “control paramilitar” y “hostigamiento a trabajadores del Estado” para forzarlos a votar.
*Con información de AFP