Una vez más, la alianza legislativa pretende aparentar que cumple con compromisos internacionales. Ayer, la directiva del Congreso invitó a las autoridades de la Superintendencia de Bancos (SIB) para despejar dudas sobre las reformas a la Ley de Bancos y Grupos Financieros.
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Que desde 2017 no se discuten, lo cual sorprendió a varios jefes de bancada para tratar el tema con ese “interés”.
No obstante, el jefe de la SIB, Erick Vargas, aclaró que la necesidad de discutir esas modificaciones se debe a que la próxima semana una misión del Fondo Monetario Internacional visitará el país para la revisión del Capítulo IV.
“Cada vez que vienen, nos preguntan si están aprobadas las reformas, pero les hemos tenido que decir que aún están en el Congreso. Pero ahora podré decirles que están siendo conocidas en el Legislativo”, mencionó el funcionario.
Según el superintendente, con la aprobación de esas reformas, las calificadoras podrían mejorar la puntuación del país y “podrían incluir al país en un grado de inversión”, ya que “con la nueva ley se daría certeza a los inversores, por los esfuerzos que hace el Gobierno y de varios sectores para que se consiga ese logro”.
La calificación del país es de BB- con perspectiva estable Ba1 con perspectiva estable por las tres calificadoras.
De manera improvisada, la presidenta del Congreso, Shirley Rivera, convocó a los jefes de bloque para conocer esa iniciativa, aun cuando hay otros temas de interés por discutirse en el hemiciclo.
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Dudas y temor ante la SIB
Durante el intercambio de observaciones de los congresistas, varios diputados mostraron indiferencia. Por lo que se retiraron de la reunión, lo cual hizo que la titular del Legislativo anunciara que se seguirá conociendo el tema.
El diputado Álvaro Arzú Escobar fue directo al consultar quién es el impulsor de esas reformas, ya que según él, la CICIG la solicitó en su momento.
Además, que podría ser una ley para expropiar bancos. Cometiendo atropellos en la propiedad privada o que el Estado debería incurrir en más deuda para saldar diferencias cuando las ventas de acciones de los bancos en problemas no cubran los gastos.
Asimismo, cuestionó que sea el FMI uno de los impulsores de esos cambios, ya que en algunos países ese órgano internacional se dedica a quebrar naciones para renegociar las deudas.
Otras de las dudas que surgieron en la reunión fueron que si la SIB busca proteger a los depositantes. Debería de proponer controles para el cobro de intereses con tarjetas de crédito o acuerdos entre bancos y juzgados para “fastidiar” a las personas que no pueden pagar sus deudas.
Aunque los congresistas mencionaron ese tema, tampoco proponen una ley sobre cobros por tarjetas de crédito. Como sucedió hace cinco años que se aprobó una ley para regular esos cobros, pero que la Corte de Constitucionalidad la declaró inviable.