Un tribunal de Brooklyn condenó este viernes a tres años de cárcel a Luis Enrique y Ricardo Martinelli, hijos del expresidente panameño Ricardo Martinelli, a quien culparon de estar detrás del esquema montado en Panamá para recibir dinero de la multinacional brasileña Odebrecht.
La sentencia del juez Raymond J. Dearie, que incluye una multa de US $250 mil, es muy inferior a los 9 a 11 años que pedía la fiscalía, que los acusó de recibir US $28 millones en sobornos de la multinacional brasileña, de los cuales 19 millones habían transitado por cuentas estadounidenses.
Los hermanos se habían declarado culpables de las acusaciones en diciembre pasado, tras ser extraditados a Estados Unidos.
De los 36 meses de la sentencia habrá que descontar los casi 23 meses que han estado detenidos primero en Guatemala mientras aguardaban la extradición y luego en Centro de Detención Metropolitano en Brooklyn.
El abogado de Ricardo Martinelli hijo (42), Sean Hecker, declaró a la prensa al final del juicio que por “buena conducta” espera que solo tengan que cumplir “seis meses”.
En la hora y media de juicio, ambos acusados, vestidos con un uniforme verdoso raído y camiseta marrón por debajo, flanqueados de sus abogados, admitieron sus actos y pidieron perdón por ello.
“Rica” Martinelli, como le llama su abogado, fue el primero en manifestar sus “remordimientos para el resto de su vida” con la gente que más sufre, en particular sus compatriotas, su pareja, su familia, y especialmente su hermana Carolina, que acaba de tener un bebé y no pudo estar ahí para acompañarla.
Después Luis Enrique Martinelli (40) aseguró con la voz quebrada “no tener palabras para expresar lo que lamento los delitos que cometí”.
Culpar al padre
La defensa de los hermanos culpó a Ricardo Martinelli padre, que ostentó la presidencia de Panamá entre 2009 y 2014, de haberles inducido a cometer los delitos.
“Cometió este delito porque su padre se lo pidió”, dijo el abogado del hermano mayor, que tenía una exitosa carrera en el mundo financiero, cuando el entonces mandatario supuestamente le pidió ayuda para establecer un andamiaje financiero de cuentas ocultas a nombre de sociedades fantasma para esconder el botín.
El hermano menor, que trabajó en el negocio familiar de supermercados, explicó que cuando su padre fue elegido presidente tomó su lugar al frente del negocio. “Fue demasiado tarde cuando me di cuenta de adonde me había llevado. No había vuelta atrás”, dijo.
El propio exmandatario está bajo investigación por el escándalo Odebrecht. Pese a ello, anunció su intención de buscar la reelección en 2024.
La defensa de los hermanos Martinelli tuvo que emplearse a fondo para desmontar las acusaciones de “arrogantes” de la fiscalía, que sostuvo que “creían estar por encima de la ley” y operaban “con impunidad” debido a “la protección que proporcionaba” el cargo que entonces ejercía su padre, aunque su nombre no aparece mencionado en los documentos.
“Tenían miedo” y estuvieron “mal aconsejados”, sostuvieron los abogados para explicar su huida de Estados Unidos el 25 de junio de 2020 cuando negociaban un acuerdo con las autoridades judiciales.
Huyeron de Estados Unidos en un barco hacia Bahamas sin avisar a las autoridades. Desde allí abordaron un avión privado para viajar a Panamá, con tan mala suerte que el país estaba cerrado por el covid-19 y debió aterrizar primero en Costa Rica y luego en El Salvador, desde donde cruzaron por tierra a Guatemala.
Fueron detenidos el 6 de julio de 2020 en Guatemala cuando hacían escala en un vuelo privado que pretendía llevarlos a a su país. Luis Enrique Martinelli fue extraditado a Estados Unidos el 15 de noviembre de 2021. Su hermano llegaría el 10 de diciembre.
En Panamá, los hermanos Martinelli fueron imputados por presunto blanqueo de capitales, en el caso conocido como “Blue Apple”, una trama para el cobro de comisiones para agilizar contratos durante el gobierno de su padre.
Yate y vida de lujo
Según la fiscalía, los Martinelli invirtieron 9,5 millones del dinero que recibieron de Odebrecht en una compañía de servicios de telefonía celular en Panamá, así como en acciones y bonos.
Asimismo, Luis Enrique Martinelli compró un yate de 1,7 millones de dólares y un condominio en Miami de 1,3 millones, mientras que su hermano pagó “centenares de miles de dólares” de gastos de su tarjeta de crédito en American Express.
El 21 de diciembre de 2016, Odebrecht se declaró culpable ante el tribunal de Brooklyn de haber distribuido más de 788 millones de dólares en sobornos a responsables gubernamentales, funcionarios y partidos políticos sobre todo de América Latina para conseguir y retener obras de infraestructuras principalmente.
Odebrecht y la filial petroquímica Braskem, cuyo exdirectivo José Carlos Grubisich fue condenado también por la justicia neoyorquina a 20 meses de cárcel en octubre pasado, acordaron pagar 3.500 millones de dólares en multas.
Panamá solicitó en diciembre a Estados Unidos el dinero que los hermanos Martinelli reconocieron haber recibido de Odebrecht, al considerarse “víctima del delito”.