Una caravana de más de 3.000 migrantes, en su mayoría venezolanos, se dispersó este sábado en el sur de México luego que autoridades migratorias empezaron a entregarles salvoconductos que les permiten transitar un mes por el país sin ser detenidos.
El colectivo, el octavo en lo que va de 2022, había partido el viernes desde la fronteriza Tapachula, cerca de la frontera con Guatemala, con dirección al centro de México exigiendo que autoridades del país les faciliten su camino hacia la frontera con Estados Unidos.
Según el sudamericano, el Instituto Nacional de Migración (INM) había entregado hasta el momento unos 1.500 permisos, pero existía incertidumbre entre aquellos que aún no contaban con el documento.
Ávila, un sargento primero desertor de la Guardia Nacional venezolana que dejó su país hace cinco años para ir a Colombia, insiste en que el gobierno mexicano habilite “un corredor humanitario para poder seguir adelante”. Ahora viaja rumbo a Estados Unidos junto con su esposa Janeidi Borges, dos niñas de uno y dos años y un bebé de tres meses con discapacidad.
Además de venezolanos, en la caravana marcharon también cubanos, nicaragüenses, costarricenses, haitianos y hondureños, agregó.
Aduana
Tras dispersarse, muchos de ellos permanecen cerca de la aduana fiscal y migratoria Cerro Gordo, a 8 km del municipio de Huixtla, uno de los puntos donde el INM entrega salvoconductos.
Su meta es alcanzar Monterrey (norte), organizar desde ahí otra movilización con otros grupos llegados previamente y partir luego hacia Piedras Negras, fronteriza con Estados Unidos.
Según la agencia de la ONU para los refugiados, más de seis millones de venezolanos han salido de su país, sumido en una profunda crisis económica y política.
Las caravanas migrantes que recorrieron México en 2018 y 2019 provocaron fuertes tensiones con Estados Unidos, entonces gobernado por el republicano Donald Trump. Pero México ha reforzado sus controles en la frontera sur y en 2021 fueron detenidos 307.679 migrantes.