Este lunes, 29 de agosto, se reanudó el proceso penal del caso de defraudación aduanera conocido como “La Línea” en el que están vinculados el expresidente Otto Pérez Molina y su compañera de fórmula, Roxana Baldetti.
El binomio del cancelado Partido Patriota que llegó a la presidencia en 2012 declaró en la etapa de juicio. Ambos aseguraron desconocer la existencia de una estructura criminal ante el tribunal, con varios argumentos y señalamientos contra exfuncionarios.
Al finalizar la audiencia, que fue reprogramada para este martes 30 de agosto, tanto Baldetti como Pérez Molina se colocaron un cabestrillo previo a ser trasladados por personal del Sistema Penitenciario. Mismo que no fue requerido durante su estancia dentro de Tribunales.
A su salida, el exmandatario señaló que espera una sentencia absolutoria luego de más de siete años de permanecer en prisión preventiva. Detalló que de este proceso, por el que fue emitida una orden de captura en su contra, solo resta que el Ministerio Público (MP) presente al Tribunal sus peticiones y el análisis para emitir la sentencia.
No obstante, detalló que ha sido una situación muy difícil la de permanecer en prisión preventiva, pues ha sido una violación a sus derechos humanos de la que nadie habla. Evidenció el caso de una exfiscal de FECI que fue detenida y para quien exigen la liberación bajo el argumento del abuso de la prisión preventiva.
A consideración de Pérez, el MP no ha logrado comprobar absolutamente ningún hecho en su contra en el caso “La Línea”, lo que asegura comprueba que fue un caso montado “por todos los que hoy están prófugos”.
“¿Dónde están todos los que nos acusaron? Todos están prófugos. Es una vergüenza realmente para la justicia que eso se maneje así. Queriendo levantar Twitter para seguir vigentes, cuando lo que tienen que hacer es reconocer que son prófugos”, criticó.
Al finalizar, el exmandatario aseguró que no está interesado en volver a la política ya que aunque fue una experiencia bonita por un lado, tuvo un lado muy triste.