El féretro de Isabel II fue sacado el miércoles del Palacio de Buckingham, tras pasar allí la noche, para ser llevado en procesión hasta Westminster, donde permanecerá cinco días en una capilla ardiente para que los británicos puedan despedirse de su difunta monarca.
El rey Carlos III y sus hermanos Ana, Andrés y Eduardo, acompañaban a pie al afuste tirado por caballos que transportaba el ataúd, sobre el cual fue colocada la corona imperial británica. Tras ellos, caminaban los príncipes Guillemo y Enrique, hijos de Carlos III.
Londres se despide de reina Isabel II
En unas calles abarrotadas, miles de personas habían presenciado la solemne procesión fúnebre que llevó el féretro desde el Palacio de Buckingham, donde había pasado la noche tras llegar el martes desde Edimburgo, capital de Escocia.
La monarca, Isabel II, falleció el pasado jueves, con 96 años, cuando pasaba el final del verano en su residencia escocesa de Balmoral, por lo que los primeros homenajes se realizaron allí a principios de semana.
El ataúd, cubierto con el estandarte real, una corona de flores blancas y la impresionante corona imperial, ornadas con diamantes y piedras preciosas, fue trasladado en un afuste tirado por caballos.
Este avanzó durante 40 minutos por el centro de Londres, acompañado a pie por el rey Carlos III, de 73 años, y sus hermanos Ana (72), Andrés (62) y Eduardo (58). Los hijos del monarca, Guillermo y Enrique, caminaban juntos detrás.
Durante la procesión, cada minuto se disparó una salva de cañón desde Hyde Park y sonó la imponente campana del Big Ben en homenaje a la soberana más longeva del Reino Unido.
El cortejo caminó al ritmo de las marchas fúnebres de Beethoven, Mendelssohn y Chopin, interpretadas por bandas de la Guardia Escocesa y la Guardia de Granaderos.
El tercer movimiento de la Sonata para piano nº 2 de Chopin ya sonó en los funerales del presidente estadounidense John F. Kennedy, y de los primeros ministros británicos Winston Churchill y Margareth Thatcher.
“Es un acontecimiento histórico y ya que hemos tenido la oportunidad de venir a Londres, qué mejor que ver todo esto”, aseguró a AFP Cristina García, una turista española de 44 años, cuyo viaje con unas amigas coincidió con los homenajes a la difunta reina Isabel II.