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Bombardeo ucraniano daña represa y deja a Jersón sin agua ni electricidad

Un bombardeo ucraniano dañó este domingo la represa de Kajovka, en el sur de Ucrania, y provocó cortes de agua y electricidad en la ciudad de Jersón, indicaron las autoridades de ocupación rusas, que matizaron que la presa no sufrió “daños críticos”.

Poco después, las autoridades de ocupación de esa región informaron que ese “ataque terrorista organizado por la parte ucraniana dañó tres postes de hormigón de líneas de alta tensión en el eje Berslav-Kajovka” y que, a causa de ello, no había “ni agua ni electricidad” en la ciudad de Jersón ni en otros distritos de la región.

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La represa hidroeléctrica de Kajovka, instalada en el río Dniéper, fue tomada al comienzo de la invasión rusa de Ucrania. Abastece de agua a la península de Crimea, anexionada en 2014 por Moscú.

El riesgo de que se efectuaran bombardeos contra esa infraestructura estratégica había sido planteado desde octubre tanto por Ucrania como por Rusia. Ambos bandos se acusaban mutuamente de poner en peligro las vidas de “miles” de habitantes de esa zona.

El presidente  ucraniano, Volodimir Zelenski, acusó hace dos semanas a Moscú de querer atacar con explosivos la represa, una de las más grandes de Ucrania, algo que las autoridades de ocupación rusas desmintieron.

 Riesgo de inundación en Jersón

Desde hace unos días, las autoridades de ocupación rusa están llevando a cabo “evacuaciones” de civiles en los pueblos cercanos a la represa, ante un “posible ataque con misiles” contra la misma, cuya destrucción acarrearía “la inundación de la orilla izquierda” del río Dniéper, según el gobernador regional que Moscú colocó en Jersón, Vladimir Saldo.

Kiev condenó reiteradas veces esas operaciones, que tildó de “deportaciones” de habitantes de la región a territorios menos expuestos a los combates, o incluso a Rusia.

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Si la represa fuera destruida, “más de 80 localidades, incluida Jersón, estarán en la zona de inundación rápida”, advirtió Zelenski el pasado 21 de octubre.

“Eso podría acabar con el abastecimiento de agua de gran parte del sur de Ucrania” y afectar a las labores de enfriamiento de los reactores de la central nuclear de Zaporiyia, que funciona con agua de ese lago artificial de 28 millones de m3, alertó el mandatario ante el Consejo de la Unión Europea.

Ucrania afirmó que había reclamado una misión de observación internacional para garantizar la seguridad del lugar.

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