Un hombre condenado a muerte por matar a un agente de policía en Dallas, Texas, enfrenta su ejecución este miércoles, a pesar de las sospechas de racismo que han empañado su juicio. A menos que la Corte Suprema de Estados Unidos le conceda un indulto de última hora, Wesley Ruiz, un ciudadano hispanoestadounidense de 43 años de edad, recibirá una inyección letal en la Penitenciaría de la ciudad de Huntsville.
Los hechos ocurrieron en 2007, en Dallas, cuando Ruiz fue perseguido por la policía que sospechaba que su vehículo estaba involucrado en un homicidio. Al final de una persecución, le disparó a un policía que intentaba romper la ventana de su automóvil con su porra. La bala acabó matado al agente.
Elementos “abiertamente racistas”
Durante su juicio, Ruiz afirmó haber temido por su vida y dijo que disparó en un acto de “defensa propia”, según la prensa local. Los jurados igual le condenaron a la pena de muerte. En los años subsiguientes, sus abogados interpusieron sin éxito varios recursos para impugnar la sentencia.
Al aproximarse la fecha de la ejecución, presentaron una apelación urgente, argumentando que los miembros del jurado se habían basado en elementos “abiertamente racistas” y “estereotipos claramente hostiles contra los hispanos” al evaluar la peligrosidad de Ruiz. Su apelación fue desestimada en primera instancia y ahora se encuentra ante la Corte Suprema.
Wesley Ruiz también se sumó a una demanda presentada por varios condenados a muerte de Texas que acusan a los servicios penitenciarios estatales de permitir que caduquen las sustancias letales utilizadas en las ejecuciones.
*Con información de AFP