El control de las comisiones de trabajo y de la directiva por la oficialista significa la limitación de derechos de algunos diputados.
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En la presente legislatura hay 224 iniciativas de ley que no han sido leídas por la directiva. Y por ende no se han remitido a mesas de trabajo para su discusión y se decida si se emite dictamen para que inicie su debate en el Pleno.
El registro de iniciativas que se mantienen en Dirección Legislativa es un control que la Alianza por un Congreso Eficiente realiza en cada periodo.
El Congreso durante el gobierno de Alejandro Giammattei ha sido controlado por sus amigos, como Allan Rodríguez, cuya dirección se recuerda como autoritaria y opaca. Mientras que en la gestión de Shirley Rivera solo se incluyen en agenda proyectos de diputados cercanos al gobierno.
Aunque la presidencia resalta el número de decretos aprobados, muchos son estados de Excepción, la declaración del día de alguna profesión o subsidios a servicios.
Atraso oficialista en el Legislativo
La Constitución indica que los diputados, el Ejecutivo, la Corte Suprema de Justicia. El Tribunal Supremo Electoral y la Universidad de San Carlos de Guatemala pueden presentar iniciativas de ley.
La directiva puede cometer una ilegalidad, ya que veda un derecho de los congresistas de oposición.
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De acuerdo con la Ley Orgánica del Organismo Legislativo, esta menciona que las iniciativas deben tener el número que en su orden le correspondan y deben leerse en el Pleno para luego remitirlas a las comisiones adecuadas.
Sin embargo, hay mesas de trabajo que no han estudiado ninguna propuesta debido al atraso que se genera desde el Pleno.
Congresistas consultados coincidieron en que es un error de los integrantes de la directiva, ya que hay proyectos de ley que se aprueban exprés, sin discusión, pues se ha observado que en las comisiones ya tienen listo el dictamen cuando la propuesta no cuenta con un análisis legal ni financiero.
