Miles de aves muertas o sacrificadas, centenares de granjas en cuarentena y exportaciones canceladas es el balance preliminar de la influenza aviar que se expande en América latina, mientras las autoridades redoblan esfuerzos para mitigar su impacto.
Desde que se reportaron los primeros casos en octubre de 2022, numerosos países han detectado animales enfermos, entre ellos México, Honduras, Guatemala, Panamá, Cuba, Ecuador, Perú, Venezuela, Bolivia, Chile, Uruguay y Argentina.
Hasta ahora Brasil, Colombia, El Salvador, Nicaragua y Paraguay se encuentran en la breve lista de países sin casos informados, pero permanecen bajo alerta zoosanitaria y extrema vigilancia.
La enfermedad llegó a la región a través de aves migratorias y se ha diseminado inexorable de norte a sur y de oeste a este. El brote causó mortandad de aves silvestres pero también de lobos marinos y se esparció a aves de traspatio (de consumo familiar) y de corral.
Sacrificios y vacunación
México reportó el primer caso el 14 de octubre pasado y desde entonces ha confirmado brotes en 12 de los 32 estados del país, donde se dictaron cuarentenas y se aplican vacunas para detener la propagación de la enfermedad, de alto impacto en la producción avícola.
Hasta inicios de febrero se habían confirmado brotes en 50 granjas del país, donde se infectaron 5,9 millones de aves, equivalente a casi el 0,3% del inventario nacional, informó la secretaría de Agricultura.
Panamá sacrificó unas 1.500 aves de corral y prohibió por 90 días la movilización de ejemplares de traspatio, huevos fértiles y aves ornamentales.
Honduras declaró la emergencia el 15 de febrero tras contabilizar unos 300 pelícanos muertos en playas del Caribe. También Guatemala detectó pelícanos muertos por la enfermedad en aldeas costeras.
Vía AFP