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Personal de centro de migrantes en México no hizo nada para salvarlos de incendio

En la investigación también figura un migrante que se encontraba detenido, quien es señalado de haber iniciado el fuego.

El personal a cargo de un centro de detención donde murieron 39 migrantes, 28 de ellos guatemaltecos, durante un incendio en la Ciudad Juárez no hizo nada para evacuarlos, aseguró la Fiscalía General, que investiga a ocho personas por presunto homicidio.

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El incendio en la estación del Instituto Nacional de Migración (INM) se desató la noche del lunes 27 de marzo, luego de que migrantes prendieron fuego a colchones en protesta por su posible deportación, según las autoridades.

Varios habían sido detenidos en las calles de Ciudad Juárez, fronteriza con los Estados Unidos, donde pedían dinero, vendían artículos o limpiaban autos.

“Ninguno de los servidores públicos ni de los policías de seguridad privada realizaron alguna acción para abrirles la puerta a los migrantes que se encontraban adentro ya con el fuego”, dijo en rueda de prensa Sara Irene Herrerías, titular de la Fiscalía Especializada en Derechos Humanos.

Ocho personas han sido identificadas como presuntas responsables de esa omisión: dos agentes federales y un agente estatal del INM, y cinco miembros de una empresa de seguridad privada, señaló en la misma conferencia la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez.

Además, un migrante “es señalado por las mismas personas” con quienes estaba detenido por iniciar el fuego, detalló la fiscal.

Este miércoles se pedía a los jueces cuatro órdenes de captura, añadió la fiscal, e indico que se investiga el hecho como “homicidio”. Los sospechosos “ya están rindiendo sus declaraciones”, dijo.

En tanto, la secretaria de Seguridad ajustó de 38 a 39 el número de fallecidos. También reportó 27 lesionados, de los cuales seis están “sumamente graves”, diez en estado “grave” y nueve “delicados”.

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Angustia

Las autoridades seguían sin precisar las nacionalidades de las víctimas, avivando la angustia de sus familiares y amigos en Ciudad Juárez.

“Es lo que queremos saber, si estaban allá adentro o no”, declaró el venezolano Gilbert Zabaleta, quien busca a sus amigos Daniel y Óscar.

En medio de la desesperación y de rumores acerca de que Estados Unidos estaba dispuesto a recibirlos por razones humanitarias, unos mil migrantes se entregaron a la Patrulla Fronteriza en El Paso (Texas).

El jefe local de esa fuerza, Anthony Good, dio a entender que serán expulsados. “Las fronteras no están abiertas y la gente no debería hacer el peligroso viaje”, advirtió la Patrulla Fronteriza en Twitter.

En la estación incendiada se hallaban ciudadanos de Guatemala, Venezuela, El Salvador, Honduras, Ecuador y Colombia, aunque el gobierno ecuatoriano aclaró que no había nacionales suyos.

A la investigación fue incorporado un video de vigilancia, informó la fiscal. La grabación muestra cuando inician las llamas, sin que aparentemente los encargados abrieran lo que parece ser la celda donde estaban los detenidos.

No habrá “impunidad”

El mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, intenta desmarcarse de actuaciones de antecesores que enfrentaron casos de violación de derechos humanos, como la desaparición de 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa en 2014, de los cuales solo han sido identificados los restos de tres.

“No hay ningún propósito de ocultar los hechos (…), de proteger a nadie, no se permite en nuestro gobierno la violación de derechos humanos”, aseguró López Obrador.

Por su parte, Karine Jean-Pierre, portavoz de la Casa Blanca, tildó de “desgarrador” el video y mencionó vagamente la posibilidad de que heridos reciban atención médica en Estados Unidos. El gobierno salvadoreño exigió de su lado castigo para los encargados de la estación.

 

“¿Cómo es posible que las autoridades mexicanas hayan dejado encerrados a seres humanos sin posibilidad de escapar del incendio?”, cuestionó a su turno Amnistía Internacional.

La organización denunció que la catástrofe es “consecuencia de las restrictivas y crueles políticas migratorias” de México y Estados Unidos.

Los migrantes consideran que esas medidas dificultan cada vez más la posibilidad de llegar a Estados Unidos para escapar de la violencia y la pobreza en sus países.

Vía AFP

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