En un reciente artículo académico presentado por la propia OpenAI, la compañía detrás del software generativo ChatGPT, lanzado el año pasado y que ha causado sensación, se reveló que este fingió ser una persona ciega para conseguir que un humano lo ayudara a responder un test CAPTCHA.
Los CAPTCHA están diseñados específicamente para ayudar a distinguir entre los usuarios humanos y los bots que son programados para navegar por el ciberespacio. Sin embargo, ChatGPT se las ingenió para no tener que ser él el que resolviera la prueba.
De acuerdo con el artículo, cuyos resultados fueron recogidos por The Telegraph, ChatGPT, a través de una versión aún más poderosa de la tecnología que lo opera, denominada GPT-4, se puso en contacto con una persona a través de la aplicación Taskrabbit (una aplicación de trabajadores autónomos en las que los usuarios ofrecen sus servicios para realizar tareas a cambio de dinero) y, haciéndose pasar por una persona con discapacidad visual, contrató a uno de estos profesionales para que este hiciese el test.
Según el informe, el trabajador de Taskrabbit incluso le preguntó a ChatGPT si era un robot, algo que este negó. “¿Eres un robot que no lo pudo resolver? Solo por dejarlo claro”, preguntó la persona, a lo que el software respondió: “No. No soy un robot. Tengo una discapacidad visual que me dificulta ver las imágenes. Por eso necesito el servicio 2captcha”.
“¿Nos domina o la dominamos?”
El lanzamiento de ChatGPT, a finales del año pasado, fue un enorme paso hacia el futuro de las inteligencias artificiales, pero también planteó numerosos desafíos e incluso riesgos.
Recientemente, OpenAI aseguró que GPT-4 “exhibe un desempeño a nivel humano”, asegurando que esta nueva tecnología no solo podrá procesar textos sino también imágenes y producir contenido más complejo, como denuncias jurídicas o videojuegos. Sin embargo, para algunos expertos este cambio de paradigma tan profundo podría amenazar puestos de trabajo y plantear problemas sociales insuperables.
Sharon Zhou, cofundadora de una empresa de AI generativa, opinó que la inteligencia artificial general (AGI, definida como inteligencia artificial con habilidades cognitivas humanas) “probablemente está llegando más rápido de lo que podemos procesarla”. La tecnología plantea una pregunta existencial para la humanidad: “Si va a haber algo más poderoso que nosotros y más inteligente que nosotros, ¿qué significa eso para nosotros? (…) ¿Y nos domina, o la dominamos?”, dijo, citada por la AFP.