El papa Francisco, de 86 años, se encuentra bien de salud tras ser operado, con éxito, de una hernia abdominal, informaron fuentes oficiales este miércoles. “La intervención terminó: se realizó sin complicaciones y duró tres horas”, informó el servicio de prensa del Vaticano. “La operación, concertada en los últimos días por el equipo médico que asiste al Santo Padre, se hizo necesaria debido a una eventración incarcerada que le está provocando síndromes suboclusivos recurrentes, dolorosos y que empeoran”, comentó luego, en rueda de prensa, el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni.
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En tanto, el doctor Sergio Alfieri, cirujano que realizó le intervención en el hospital Gemelli, de Roma, comentó que el papa Francisco “está bien”, está “consciente” y “bromeó” tras su operación, la cual calificó de “benigna”. El médico aclaró que la intervención no le traerá secuelas al pontífice, y que este no padece de ninguna otra patología.
La intervención consistió en una laparotomía (incisión del abdomen) y la colocación de una prótesis.
“Aunque sea desde una cama de hospital”
El número dos de la Santa Sede, el cardenal Petro Parolinl, señaló que el Papa retomará el ejercicio de su ministerio, “aunque sea desde una cama de hospital”, y que “los casos urgentes, se le llevarán al hospital”.
El pontífice tiene previsto permanecer en la décima planta del hospital Gemelli, en la misma habitación utilizada por el papa Juan Pablo II, operado en varias ocasiones en ese centro médico. Francisco padece también dolores crónicos de rodilla, que lo obligan a desplazarse en silla de ruedas o con ayuda de un bastón.
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La salud del pontífice ha alimentado regularmente las especulaciones sobre una posible renuncia. En varias ocasiones, dijo que se plantearía dimitir (como hizo su predecesor Benedicto XVI, fallecido el 31 de diciembre) si su salud así lo obligara, pero recientemente dijo que tal escenario no era de actualidad.
*Con información de AFP
