El tratamiento de la niña de 8 meses “fue suspendido tras la decisión del tribunal de apelación el viernes”, indicó el grupo Christian Concern en un comunicado.
Los padres de la pequeña llevaban meses luchando contra los médicos británicos, que habían recomendado interrumpir el tratamiento para mantener con vida a su bebé, que sufre una enfermedad mitocondrial incurable.
Los médicos del hospital de Nottingham, donde se trataba a la niña, argumentaban que continuar con el tratamiento era inútil y doloroso, postura a la que se oponían Dean Gregory y Claire Staniforth.
El viernes, el tribunal decidió que el tratamiento debía interrumpirse en un centro médico, y no en casa de los padres, como éstos lo solicitaban.
“Indi fue trasladada del hospital en ambulancia con escolta de seguridad” a un “hospicio”, según Christian Concern, que añadió que “dejó de respirar anoche, y luego volvió a hacerlo”.
Caso de la bebé dio un giro diplomático
El caso dio un giro diplomático con la intervención directa de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni -cuyo partido de extrema derecha promueve los valores familiares católicos tradicionales-, para conceder al bebé la nacionalidad italiana.
Pero el miércoles, un juez del tribunal superior inglés dictaminó que la intervención de Roma no modificaba ninguna de las sentencias anteriores.
No hay cura para las enfermedades mitocondriales, que son genéticas e impiden que las células del cuerpo produzcan energía.
El sábado, el portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, cuyo hospital se había ofrecido a seguir tratando al bebé, dijo que el Papa Francisco “abraza a la familia de la pequeña Indi Gregory, a su padre y a su madre, reza por ellos y por ella, y dirige su pensamiento a todos los niños que en estas mismas horas en todo el mundo viven con dolor o arriesgan su vida a causa de la enfermedad y de la guerra”.