“Si queremos que el próximo proceso electoral sea distinto, tenemos que empezar a trabajar inmediatamente. El éxito del proceso de implementación depende al menos de dos factores, uno es el tiempo y otro son los recursos con los que cuenta el TSE. No será una tarea fácil. Afortunadamente el TSE ha mostrado un compromiso con la reforma y su implementación”.
Esta semana se alcanzó un logro importante para la democracia en el país. El presidente Jimmy Morales sancionó las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos. Es un avance que abre la puerta para transformar algunos aspectos débiles de nuestro sistema. Uno de ellos es cerrar espacios a la corrupción, promover una competencia electoral más equitativa, mejorar la calidad de los partidos políticos, fortalecer al Tribunal Supremo Electoral –TSE–, e iniciar un proceso de discusión y elaboración de una nueva generación de reformas electorales.
La reforma transitó un largo recorrido. Muchas fueron las ocasiones que por diversas razones se estancó. Sin embargo, luego de la insistencia y de la ventana de oportunidad que generó la crisis política del año pasado, se logró la ansiada reforma electoral. Si bien es un avance consistente, plantea al menos dos desafíos. El primero es lograr una efectiva implementación, y, por otro lado, el segundo es la discusión de una nueva reforma, para incluir aspectos como la democracia interna en los partidos.
Si queremos que el próximo proceso electoral sea distinto tenemos que empezar a trabajar inmediatamente. El éxito del proceso de implementación depende al menos de dos factores, uno es el tiempo y otro son los recursos con los que cuenta el TSE. No será una tarea fácil. Afortunadamente el TSE ha mostrado un compromiso con la reforma y su implementación.
El TSE debe realizar modificaciones a los reglamentos, tanto el general como el de control de financiamiento para ajustarlos a los cambios recién aprobados. El reglamento que mayores cambios requerirá será de el control de financiamiento. Esto será útil para fiscalizar el financiamiento privado de los partidos políticos y cerrar espacios a la corrupción. El objetivo con estas acciones es romper esa perversa relación entre financiamiento partidario y corrupción, que ha debilitado significativamente a las instituciones públicas.
Por otro lado, el TSE deberá adecuar su normativa para fortalecer la capacidad para sancionar a las organizaciones políticas que incumplan la LEPP. A todas luces muchos partidos políticos irrespetaban la normativa con campaña anticipada y otras acciones durante las elecciones. En este sentido, el órgano electoral debe establecer criterios y mecanismos que permitan hacer efectivas las nuevas disposiciones. La reforma endurece las sanciones a los partidos políticos. En la última elección muchos nos preguntamos por qué el TSE no sancionaba a las organizaciones partidarias. En parte era porque no tenía los suficientes dientes para hacerlo.
Otro desafío será la implementación del voto en el extranjero. Es un avance importante en términos de reconocimiento del derecho para los connacionales que residen fuera del país. Sin embargo, deberá realizarse un estudio muy profundo para evaluar las posibilidades técnicas, administrativas y financieras. La experiencia de otros países nos enseña que el voto en el exterior se implementa gradualmente.
Por otro lado, también requiere que el TSE establezca una coordinación, en primera instancia, con el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex), el Registro Nacional de las Personas (Renap) y las comisiones del Migrante y de Relaciones exteriores del Congreso de la República. Esto será útil para definir los lugares en donde se podrá votar, cómo se construirá el padrón electoral, el resguardo de las papeletas y los enseres electorales, la participación de los fiscales de mesa de los partidos, cómo se cumplirán las normas de campaña en el extranjero, entre muchos otros aspectos.
Esta es una pequeña revisión de algunos de las tareas pendientes que tiene el TSE para implementar las reformas recientemente aprobadas. Hemos ganado bastante con la aprobación de las reformas. Ahora enfoquemos los esfuerzos para implementarlas. El camino para mejorar nuestro sistema electoral y de partidos políticos no termina aquí. Al contrario, es el inicio de una etapa que demanda un compromiso fuerte de muchos actores para que el proceso de implementación sea efectivo. Nadie dijo que la consolidación de nuestro sistema democrático iba a ser fácil. ¿Qué opina usted?