Otro día comienza y yo me veo al espejo con una gran sonrisa, llena de expectativas para este nuevo día. Saludo al vecino deseándole un lindo día, y me subo feliz al auto. Hoy será un día inolvidable.
La gran sonrisa que iluminaba mi rostro se iba apagando a medida que el portón de la casa se iba abriendo. –No lo puedo creer– ¡La cola de autos está afuera de mi casa! ¡Qué voy a hacer si tengo que estar en la oficina en 30 minutos, y normalmente me demoro 45! Con la cara deformada de la angustia por llegar atrasada, intento pedir vía para poder pasar, y lo único que hacen es ignorarme. ¡¿Qué les cuesta dejarme pasar?!
Han pasado 7 largos minutos desde que salí de mi casa y he avanzado cuadra y media. Literalmente voy a “a vuelta de rueda”. Estoy tan estresada que no dejo pasar a nadie, toco la bocina, les tiro el auto… Qué rabia… y yo que había amanecido tan feliz. Tránsito de Mil demonios… A todos nos ha pasado que, a pesar de habernos levantado con la mejor actitud, la congestión vehicular en la que vivimos nos hace perder la cordura.
Si alguien me preguntara cómo los solucionaría, les diría que haría que todos los niños se fueran en bus al colegio, y además pondría distintos horarios de entrada y salida para las empresas y universidades. Podría también subir la gasolina, pero ahí sí me matan, así que mejor lo dejamos ahí.
En lo que alguien con injerencia lee mis estrategias para reducir el tránsito vehicular, veamos algunas estrategias que nos ayudarán a llegar a tiempo a nuestros compromisos, o al menos, no volvernos locos en el intento.
1.- Planifica:
Si algo le he admirado siempre a mi hermana, es lo sistemática y organizada que es. (Debo aceptar que yo llegue tarde a la repartición de esa habilidad).
Su organización llegaba al punto de llevar en la agenda, qué ropa se ponía cada día, y además, todas las noches dejaba listo lo que se iba a poner al día siguiente. Sonará extremista hasta que saquemos la cuenta de cuánto tiempo hemos perdido, ¡probándonos el closet completo!
2.- Aquellos tiempos:
Los tiempos en que podíamos ir a almorzar a las casas y volver al trabajo, para muchos ha quedado en el pasado. Es más, si antes te demorabas 20 minutos en llegar a un lugar, hoy con suerte te demoras 40. Es bueno ser positivo, sin embargo, con las distancias y el tránsito, es mejor ser precavido.
3.- Relax:
¿Qué hacer con todo ese tiempo que pasamos en el auto todos los días? Algunos ven su celular y se demoran el doble (no aconsejable). Otros escuchan el programa de radio que les gusta, y se van matando de la risa y otros van escuchando la opinión de algún experto.
En lo personal, me gusta escuchar libros. Me siento productiva al pensar que voy aprendiendo, y eso me ayuda a no estresarme pensando en todo el tiempo que he perdido sentada en el auto.
4.- No te enojes:
Todos sabemos lo que nos puede llegar a pasar si peleamos con medio mundo. No quiero entrar en detalles, sin embargo, quisiera recordarles que “el que se enoja pierde”
No echemos a perder su día por el tránsito de Mil demonios que vivimos día a día. Al final, no hay nada que más que podamos hacer. Mejor busquemos maneras en que ese tiempo sea positivo y productivo.
Es tú tiempo, úsalo sabiamente…
Otro día comienza y yo me veo al espejo con una gran sonrisa, llena de expectativas para este nuevo día. Saludo al vecino deseándole un lindo día, y me subo feliz al auto. Hoy será un día inolvidable.
La gran sonrisa que iluminaba mi rostro se iba apagando a medida que el portón de la casa se iba abriendo. –No lo puedo creer– ¡La cola de autos está afuera de mi casa! ¡Qué voy a hacer si tengo que estar en la oficina en 30 minutos, y normalmente me demoro 45! Con la cara deformada de la angustia por llegar atrasada, intento pedir vía para poder pasar, y lo único que hacen es ignorarme. ¡¿Qué les cuesta dejarme pasar?!
Han pasado 7 largos minutos desde que salí de mi casa y he avanzado cuadra y media. Literalmente voy a “a vuelta de rueda”. Estoy tan estresada que no dejo pasar a nadie, toco la bocina, les tiro el auto… Qué rabia… y yo que había amanecido tan feliz. Tránsito de Mil demonios… A todos nos ha pasado que, a pesar de habernos levantado con la mejor actitud, la congestión vehicular en la que vivimos nos hace perder la cordura.
Si alguien me preguntara cómo los solucionaría, les diría que haría que todos los niños se fueran en bus al colegio, y además pondría distintos horarios de entrada y salida para las empresas y universidades. Podría también subir la gasolina, pero ahí sí me matan, así que mejor lo dejamos ahí.
En lo que alguien con injerencia lee mis estrategias para reducir el tránsito vehicular, veamos algunas estrategias que nos ayudarán a llegar a tiempo a nuestros compromisos, o al menos, no volvernos locos en el intento.
1.- Planifica:
Si algo le he admirado siempre a mi hermana, es lo sistemática y organizada que es. (Debo aceptar que yo llegue tarde a la repartición de esa habilidad).
Su organización llegaba al punto de llevar en la agenda, qué ropa se ponía cada día, y además, todas las noches dejaba listo lo que se iba a poner al día siguiente. Sonará extremista hasta que saquemos la cuenta de cuánto tiempo hemos perdido, ¡probándonos el closet completo!
2.- Aquellos tiempos:
Los tiempos en que podíamos ir a almorzar a las casas y volver al trabajo, para muchos ha quedado en el pasado. Es más, si antes te demorabas 20 minutos en llegar a un lugar, hoy con suerte te demoras 40. Es bueno ser positivo, sin embargo, con las distancias y el tránsito, es mejor ser precavido.
3.- Relax:
¿Qué hacer con todo ese tiempo que pasamos en el auto todos los días? Algunos ven su celular y se demoran el doble (no aconsejable). Otros escuchan el programa de radio que les gusta, y se van matando de la risa y otros van escuchando la opinión de algún experto.
En lo personal, me gusta escuchar libros. Me siento productiva al pensar que voy aprendiendo, y eso me ayuda a no estresarme pensando en todo el tiempo que he perdido sentada en el auto.
4.- No te enojes:
Todos sabemos lo que nos puede llegar a pasar si peleamos con medio mundo. No quiero entrar en detalles, sin embargo, quisiera recordarles que “el que se enoja pierde”
No echemos a perder su día por el tránsito de Mil demonios que vivimos día a día. Al final, no hay nada que más que podamos hacer. Mejor busquemos maneras en que ese tiempo sea positivo y productivo.
Es tú tiempo, úsalo sabiamente…