Opinión

¿Atacar en todo y por todo?

“El Gobierno debe propiciar con ley y orden un clima de negocios estable que favorezca el crecimiento generalizado de la economía, para generarse más impuestos por un aumento del consumo y la inversión; y atracción de capitales nacionales y extranjeros”.

El Gobierno tiene sus limitaciones, eso es más que evidente, no solo por el estado de la opinión pública, sino además por los magros resultados que una administración nueva y novata en muchos aspectos de la cosa pública han demostrado en estos meses.

La ciudadanía ha hecho muy bien en hacerle ver al Gobierno esas limitaciones y lo errado de las políticas públicas presentadas en lo que, sin lugar a dudas, ha sido un gobierno que ha recibido un desastre de administración del corrupto gobierno del Partido Patriota.

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Debe la presente administración del presidente Morales darse cuenta de que un ente técnico como la Junta Monetaria ha revisado a la baja el crecimiento del PIB y de 3.7 o 3.9 proyectado lo ha bajado a 3.2 o 2.9 para 2016.

Eso significa que ya estamos en una desaceleración económica y que, si las condiciones adversas para las nuevas inversiones en el país siguen igual de negativas, el Gobierno podría llevar la economía a una recesión o un crecimiento tan ínfimo que se genere más ingobernabilidad y desestabilización, para entrar así en un ciclo económico descendiente y negativo. La anterior situación necesariamente repercutirá en una caída de los ingresos corrientes, un aumento del endeudamiento y una economía estancada con poco o nulo crecimiento económico.

Lo dicho anteriormente es para decirle al actual Gobierno que el escenario de una escalada fuerte de impuestos, la persecución tributaria sin cuartel y muchas veces con saña mediática provocada desde el mismo Gobierno, los bloqueos permanentes en carreteras puertos y aeropuertos; y la amenaza de extinción de dominio y expropiación o intervención de las empresas e inversiones, además de las constantes invasiones de fincas y destrucción de plantaciones cosechas y bloqueos a mineras e hidroeléctricas por pura presión ideológica, no son un ambiente o clima de negocios favorables para Guatemala o ¡ningún país del mundo!                    

No es posible hacer crecer a una economía con este ambiente para las inversiones. El Gobierno debe propiciar con ley y orden un clima de negocios estable que favorezca el crecimiento generalizado de la economía, para generarse más impuestos por un aumento del consumo y la inversión; y atracción de capitales nacionales y extranjeros. Lamentablemente en ningún lugar de las propuestas gubernamentales se ve esta política de crecimiento económico.

Aún es tiempo de cambiar el rumbo, señor presidente.

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