Opinión

A oídos del presidente

Guatemala pasa por un momento muy complicado. Luego de revelar la corrupción tan grande que hubo de parte de muchos funcionarios, distintos grupos de presión y algunos particulares, parece que difícilmente lograremos poner en orden la casa.

Esta semana se han planeado una serie de movilizaciones en la ciudad, lo cual genera mucha tensión en los ciudadanos. Se tienen serios problemas de invasiones y conflictividad en el área rural, preocupan las resoluciones de la Corte de Constitucionalidad, y se ha desatado una serie de campañas negras para generar inseguridad entre la población, alimentando los rumores de golpe de Estado y desestabilización.

Además se tiene un serio problema de gestión pública. Falta la emisión de más de 420 mil documentos personales (DPI), se carece de material suficiente para imprimir pasaportes, no funcione el correo y al registrar un nuevo vehículo en la SAT, le entregarán placas de papel moneda en vez de metálicas.

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Los problemas se deben a no haber prevenido la transición de servicios subcontratados a centralizados en el gobierno, falta de planificación de las demandas futuras y serias dificultades con las compras y contrataciones. Las modificaciones a la ley de contrataciones no permiten hacer compras por excepción, amplió el número de personas en las juntas de licitación y restringió el monto de las compras directas. Enredó más los procesos que simplificarlos, y ante la incertidumbre, los empleados prefieren no ejecutar.

La semana pasada el presidente fue muy criticado por los medios debido a sus comentarios respecto del estrés que maneja un mandatario y además hizo referencia que tomaba medicamentos. También señaló que no pretendía ser perfecto y que si se trabaja en equipo se pueden realizar muchas cosas.

Deseo retomar estas palabras del presidente y compartir una serie de ideas que he recopilado en varias reuniones con distintas personas. Los guatemaltecos estamos preocupados y deseamos realmente salir adelante. El presidente se percibe como un hombre de buena fe, aunque es obvio que no tiene experiencia en el sector público, pero cuenta con un buen equipo y el deseo del cambio en la población es favorable.

Todos coinciden en que es importante definir sus prioridades basándose en las promesas en campaña: luchar contra la corrupción, mejorar la seguridad integral, disminuir la nutrición infantil, invertir en educación y generar empleos. Es imperante que escoja algunas metas, cuya verificación de su alcance sea confirmada regularmente por entidades externas. Ideal que trabaje con sus ministros, secretarios y comisionados proyectos estratégicos que alcanzarán las metas y asignar recursos. Determinante comunicar sus proyectos y metas a los guatemaltecos y verificar que sean las metas de todos. Debe consultar a los mejores comunicadores y periodistas de cómo conseguir que la población vea el futuro con entusiasmo y no seguir enganchados en el día a día como una espiral negativa que arrastra al país hacia abajo y nos deprime.

Con el plan, las prioridades definidas, las metas cuantitativas y los proyectos concretos, el vicepresidente, con el apoyo de la Segeplan, podrán darle seguimiento a los distintos gabinetes para monitorear su desempeño. Conformar un equipo multidisciplinario de modernización del Estado que apoye el diseño de una nueva administración pública sería de mucho valor. Su misión sería revisar las macroleyes –contrataciones, servicio civil, pactos colectivos, presupuesto y contraloría- y con base en las mejores prácticas de otros países, la tecnología de punta y principios como transparencia y eficiencia, proponer un cambio antes de que finalice el año. De suma importancia retomar la reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos para que cambie realmente la oferta en las próximas elecciones.

Respecto de las reformas a la Constitución sería útil obtener la opinión de un grupo de abogados expertos. También se debe tomar en cuenta el parecer de su equipo y definir una postura consistente. Hay que escuchar a los organismos internacionales y a los países amigos, pero debe aceptarse solo aquellos aportes que sumen a los proyectos y programas que están en la agenda nacional, sin presiones. Sabemos que no se podrán resolver todos los problemas de un día para otro, pero si con paso firme ir avanzando hacia un mejor país. ¿Cómo obtener la unidad nacional? ¿Cuáles son las cinco prioridades del país? ¿Cómo superar esta crisis?

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