Si la muerte de estas inocentes no nos duele e indigna como sociedad hasta la médula, es porque nada será capaz ya de indignarnos. Cada una de ellas era un ser humano valioso, con aspiraciones y necesidades como cualquiera; seres humanos merecedores de salud, alimentación, educación y vivienda. Pero, una vez más, se comprueba que este sistema desprotege a las personas más vulnerables. Estas jóvenes eran las que no tenían nombre, personas sin voz ni voto, personas sin recursos económicos que fueron marginadas por la sociedad y cayeron en manos de la “protección” del Estado. Rechazamos la injusticia de estigmatizarlas y de culparlas, como hacen algunos.
“Si la muerte de estas inocentes no nos duele e indigna como sociedad, hasta la médula, es porque nada será capaz ya de indignarnos”.
Quién sabe qué padecimientos tuvieron que enfrentar estas jóvenes antes de llegar a ese “hogar” y también cuánto sufrieron durante el tiempo que allí vivieron. Jóvenes mujeres que denunciaron, un día antes de la tragedia, que habían sido ultrajadas, violadas en todos sus derechos. Su muerte cruel y despiadada, en un lugar donde se suponía que recibirían protección, describe la crisis de valores y del Estado que estamos viviendo.
Algo que no podemos escribir a cabalidad en los diarios es el dolor que experimentan sus familiares y amigos. Tampoco podemos expresar a cabalidad el dolor que sentimos nosotros, como personas antes que periodistas. Tal vez, se piensa que los periodistas somos simples canales de la información, como si la realidad no provocara estragos también en nosotros. Al ser los primeros en informarnos de muchas noticias, casi siempre tenemos que ver fotografías indignantes y enterarnos de hechos violentos que indirectamente afectan nuestra vida particular. Son tantas las tragedias y es tanta la deshumanización que tenemos que seleccionar la parte informativa que no debe faltar, pues es una manera que tenemos de vernos al espejo como sociedad.
Hoy quise tomar la palabra, como directora de los medios Publinews y El Popular de Guatemala, en nombre de los periodistas, los hombres y las mujeres que aquí laboramos, para expresar que lamentamos la muerte de estas jóvenes, esperamos el fortalecimiento de sus seres queridos y también exigimos que se haga justicia. Estamos convencidos de que Guatemala debe cambiar, pero desde sus estructuras, para que hechos como este no vuelvan a ocurrir.