Es probable que tengas una excelente idea de negocio, una idea que te apasione y que, literalmente, te quita el sueño. Sin embargo, esa emoción también puede venir acompañada de ansiedad, nerviosismo o temor a no ser capaces de llevarlo a cabo solos.
La semana ante pasada vimos las ventajas y desventajas de emprender un proyecto solos, hoy veremos las de emprender asociado.
La inclusión de un socio a nuestro proyecto puede llegar a ser un gran recurso cuando queremos lograr nuestro objetivo; sin embargo, debemos tener cuidado con dejarnos llevar por nuestro entusiasmo, e invitar a compartir nuestra empresa con el primero que se nos pasa por la mente, o el primero que dice creer en ella, sin antes analizar detenidamente los pros y los contras del futuro socio, versus el futuro negocio.
Quizás, en este preciso momento, estás buscando a la persona ideal con quien emprender tu proyecto, o tal vez ya iniciaste el viaje solo, y ves ahora la necesidad de tener un socio.
Antes de decidir, veamos primero las dos caras de la moneda al emprender en sociedad. Es decir, sus ventajas y desventajas.
Ventajas
- Optimización de los recursos financieros, y un mayor capital de inversión.
- La combinación de experiencias y conocimientos en las distintas áreas.
- Unir la información de contactos comerciales que cada uno tiene.
- La repartición de funciones, tareas y responsabilidades y toma de decisiones.
- Contar con alguien que crea en el negocio y esté motivado y comprometido.
- Tener un apoyo constante y un compañero en el alcance de los objetivos.
Desventajas
- Mientras más socios, más repartición y más “complicaciones”.
- Diferencias de opinión, puntos de vista y visión a largo plazo de la empresa.
- Carencia de valores “no negociables” y ética profesional.
- Compartir el mérito y el reconocimiento del posible éxito de la empresa.
- Lidiar con malas actitudes, comportamientos o caracteres distintos.
- Fácil de incluirlos y difícil de excluirlos si ya cuentan con acciones.
Podemos ver que en cada escenario hay ventajas y desventajas. Ahora, una forma efectiva de aminorar las desventajas es cerciorándonos de evaluar qué tipo de socio necesitas.
Antes de decidir invitar a alguien a nuestra gran aventura, preguntémonos ¿por qué necesito un socio? ¿Tengo toda la inversión y recursos necesarios? ¿Poseo los conocimientos suficientes? ¿Qué tipo de socio necesito?
Basado en estas respuestas, pueden surgir distintas razones por las cuales nace la necesidad de compartir nuestro proyecto de emprendimiento con un socio.
En síntesis, independiente del tipo de socio que necesites, busca a quien complemente tus habilidades, conocimientos y, por qué no, tus carencias. Ahora, la estrategia es solo una porción del pastel. Las relaciones laborales son al mismo tiempo relaciones personales y la calidad de ellas impactará directamente en la productividad y en el éxito del negocio.
Si decides emprender acompañado, elige muy bien a tu socio y busca en él un complemento.
Un objetivo se logra trabajando. Haciendo todos los días, aunque sea un ratito, aquello que nos llevará a alcanzar aquello que queremos lograr. Comienza hoy.