La temporada de invierno dejó serios daños en la infraestructura, los cultivos y la economía en general. Actualmente se contabilizan 115 carreteras afectadas, 15 puentes destruidos y 24 en riesgo. En pocas palabras… los daños se encuentran a lo largo y ancho del territorio nacional.
Algunos atribuyen la destrucción de la red vial a la mala calidad en su construcción, aunque otros indican la falta de mantenimiento y el descuido de las autoridades.
Para reparar los daños, la burocracia del Estado establece que se presenten licitaciones para determinar qué empresa se encargaría de la reconstrucción.
Lamentablemente, ante los precedentes de corrupción, no hay confianza en las instituciones públicas, especialmente en el Ministerio de Comunicaciones, por el temor que los fondos sean malversados y terminen en los bolsillos de funcionarios inescrupulosos.
Quizá una alternativa sería formar una comisión integrada por representantes de distintos sectores de la sociedad chapina, para que verifique la inversión adecuada de los recursos, sin comisiones, ni alteración de precios.
De no tomarse acciones rápidamente, el Gobierno seguirá mostrando incapacidad administrativa, ante la infraestructura nacional que corre peligro de colapsar y generar daños a nuestra débil economía.
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- Como decían las abuelitas: La iglesia es un hospital para pecadores, nunca debe confundirse con un museo para santos.