Opinión

Evite verse como un poste de luz

Días de cielo celeste, sol radiante, viento fresco y esa sensación de entrar en la recta final del año son algunas de las características propias de esta época; el caos vehicular, el frenesí comercial y la locura de los seres humanos tratando de experimentar todas las promesas que nos vende la publicidad. Esto me lleva a reflexionar que la vida es un parpadeo. En cuanto somos niños luego nos vemos y ya somos adultos. La vida pasa volando. El tiempo no perdona. Si bien es cierto que la juventud se lleva en el alma parece ser que el cuerpo no sabe de esto y las evidencias empiezan a hacerse notar.   

Muchas veces nos dejamos llevar por el día a día y no reparamos en lo privilegiados que somos con el simple hecho de existir. De alguna manera consideramos que el universo tiene la obligación de mantenernos vivos, cuando no caemos en cuenta que nuestra enorme Tierra no es más que una minúscula e insignificante mota de polvo en el insondable cosmos y nosotros una partícula que sobre su superficie vive tratando de encontrarle significado a su propia existencia.

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En la actualidad hemos perdido la capacidad de asombrarnos con los pequeños detalles que nos rodean y nos hemos convertido en víctimas del marketing. Compramos por comprar. Gastamos lo que no tenemos en charadas que no necesitamos. Somos lo que los demás hacen o nos dicen que hagamos. No es que mi reflexión le motive a volverse un troglodita que viva en la cumbre del volcán Tajumulco y se aísle de la civilización.  Nada que ver. Lo que pretendo es motivarlo a que no sea una víctima más de lo que los otros quieren que usted sea… o peor aún, que usted haga lo que otros hacen simplemente porque los ve hacerlo. Atrévase a pensar por sí mismo. Por ejemplo, no compre cosas inútiles solo porque están de moda.  Pregúntese siempre si usted podría sobrevivir sin ese artículo. Si su respuesta es “sí”, pues entonces no lo compre. Ahora bien, si su deseo es adquirirlo, pues hágalo. 

Al final de cuentas, como diría mi abuelita: “Es su pisto y gásteselo en lo que quiera”. Solo le recuerdo que luego vendrá enero y los gastos propios que trae consigo. Haga un presupuesto con lo que dispone y sea inteligente en distribuirlo. Mi sincero deseo es evitar verlo a principios del año 2018 como que es un poste de luz: Bien sembrado. ¡Ánimo!

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