Opinión

Fiscalizar las comisiones de trabajo en el Congreso

El trabajo de los diputados se asocia comúnmente a la votación en el pleno. Las críticas permanentes provienen de ciudadanos de a pie que no confían ni mucho menos se sienten representados por los diputados, organizaciones especializadas y otros actores políticos interesados en la dinámica legislativa, que recurrentemente analizan y evalúan el desempeño del Congreso de manera negativa.

Y usted no me dejará mentir, pero en el ambiente queda una sensación de que en el Congreso no se trabaja. Que los diputados solo llegan, cuando lo hacen, a votar; algunos incluso afirman que los diputados emiten su voto sin saber por qué están votando. Hay varias experiencias que alimentan esa idea. Lamentablemente estas afirmaciones han erosionado fuertemente la credibilidad y confianza que tiene el ciudadano en sus diputados. Muchos de los que leerán esta columna no conocen a sus diputados. No saben qué hacen, a qué comisiones pertenecen, o qué iniciativas de ley han presentado.   

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La dinámica legislativa es intensa y no se limita a que los diputados lleguen al hemiciclo a emitir su voto. Al contrario, los diputados tienen varios espacios de trabajo. Uno de ellos son las comisiones de trabajo. Las comisiones son el espacio de labor técnico-político en donde se preparan los dictámenes de las iniciativas de ley que llegan al Congreso. Existen comisiones ordinarias y extraordinarias, y a su vez se puede hacer una clasificación en función de la importancia que adquieren para el proceso legislativo. 

Hay comisiones como la de Finanzas Públicas y Moneda, en donde se conoce el proyecto de presupuesto, la aprobación de préstamos, entre otras medidas que interesan a actores dentro y fuera del Congreso, y por ende, hay un fuerte interés por tener la presidencia de la misma. Regularmente es el bloque del partido oficial el que busca tener ese espacio. 

Por ello considero que para analizar el desempeño de los diputados las comisiones de trabajo son espacios muy importantes. Lamentablemente, el monitoreo y la fiscalización a las acciones que los diputados realizan no ha sido permanente. La Ley Orgánica del Organismo Legislativo (LOOL) contempla una serie de normas que buscan la eficiencia y la transparencia, y que también permiten observar y fiscalizar el trabajo de estas comisiones, y siento que hemos desaprovechado esa normativa.

Por ejemplo, las sesiones de las comisiones son públicas, es decir, usted puede asistir y presenciar el trabajo de los diputados. Esto permite conocer qué están haciendo, cómo lo están haciendo y de qué manera están discutiendo las iniciativas de ley. También la LOOL marca plazos para que las comisiones emitan el dictamen de la ley que analizan. 

Recordemos que una estrategia legislativa que han utilizado bloques y diputados que no están interesados en que avancen las iniciativas de ley es ponerlas a dormir en las comisiones y que nunca lleguen a conocerse en el pleno del Congreso. En alguna medida, el interés y la voluntad política que tienen las iniciativas de ley se mide en la intensidad e importancia que adquiere el trabajo en la comisión. 

Los bloques legislativos ya se distribuyeron las presidencias de las comisiones de trabajo. ¿Conoce usted cuántas comisiones de trabajo ordinarias y extraordinarias funcionan en el Congreso? ¿Sabe quiénes las presiden y cuáles diputados las integran? ¿Qué iniciativas se están analizando? ¿Qué dictámenes han emitido?

La invitación está sobre la mesa: ¿Fiscalizamos la labor de las comisiones de trabajo?

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