El anhelo preciado de todo pueblo es la paz y la civilización que se desprenden de un Estado de derecho y la libertad de comercio, que un mercado libre y abierto generan.
Los países más prósperos del mundo son los más libres. Dentro de esta libertad es el régimen republicano de gobierno y la libertad de mercado la que mayor grado de prosperidad material generalizada generan a los individuos; la libertad de prensa, la libertad política y la libertad económica garantizan la mayor libertad individual y nacional, además de la búsqueda de la felicidad individual generalizada entre los ciudadanos.
Es por ello que los grandes hombres y mujeres de la historia son los que han luchado por lograr la libertad o por restablecerla, una vez que se había perdido: Churchill, Uribe, Regan, Francisco Javier Arana, Jefferson, Hamilton, Jay, Barrundia, Miguel García Granados, el coronel Carlos Castillo Armas, Bolívar, Martí y Margaret Thatcher. Estos grandes hombres y mujeres lo son porque en los momentos álgidos y más críticos de su historia y la de sus pueblos arriesgaron la vida, su nombre, su honra y su tranquilidad para que sus pueblos y sus naciones fueran libres de la tiranía, la opresión y de las dictaduras totalitarias del comunismo y socialismo o las tiranías y dictaduras que atormentaban a sus pueblos.
Esos grandes hombres y mujeres del pasado nos enseñan a luchar aun con todo en contra, aun cuando estemos cansados, aun cuando los derrotistas de siempre nos digan: “Mejor, cállate”, “mejor, no digas ya nada”, “mejor, déjalo así, no hay nada que hacer”.
Nunca, en ningún tiempo, ser libre y soberano fue gratis. Hoy, en el siglo XXI guatemalteco, es más evidente que nunca: O luchamos por nuestra república y nuestra libertad o perderemos una y ¡nunca lograremos la segunda!
¡Hombre libre es el que lucha por sus derechos, obligaciones y responsabilidades, y el que se da a respetar!
Entre los pueblos, igual que entre los hombres, solo se respeta a los que luchan por ser libres. A los que piensan como esclavos, besar la cadena les queda bien, a mí y a los míos nunca nos gustó lucir ¡cadenas de ningún tipo en el cuello ni en la frente!
Sigamos luchando, ¡Guatemala lo merece! Libertad, libertad, libertad… y ninguna otra cosa más.