La Procuraduría de Derechos Humanos (PDH), con su actual procurador, tal vez el peor de la historia que hemos tenido (yo pensé que De León Duque había sido el peor de la historia, pero me equivoqué), ahora manda de forma totalmente politizada.
El procurador usa otra vez la PDH como arma política y a funcionarios de la PDH para grabar y supervisar donde se realizó la grabación de un video musical en las instalaciones de la PNC, porque dice el bendito señor que el video “denigra a la mujer”, y una vez más la PDH lo hace para atacar y acallar a los que él percibe como oponentes políticos o contrarios a su ideología fracasada y derrotada en todo el mundo y en Guatemala.
¿Por qué oponentes políticos? Porque el productor y director del video musical es el aclamado y premiado cineasta guatemalteco Kenneth Müller, hijo de un coronel retirado del Ejército de Guatemala, y pues, claro, si el señor procurador tiene simpatías por la izquierda guerrillera, asesina y secuestradora, y se le presenta la oportunidad de atacar a un joven guatemalteco, promesa del cine nacional, por sus orígenes y sus vínculos familiares, claro, ¡el señor no podía dejar pasar esta oportunidad de oro para él!
En lo personal tuve que ver el video cuando la controversia se desató, y es un video musical como cualquier otro, sin ninguna ofensa contra ninguna mujer y mucho menos contra la PNC como algún exfuncionario quiso, mojigatamente, proclamar en su cuenta de Twitter.
A mí me puede o no gustar el género musical del video, me puede molestar o no su tema o su libreto, lo que no puedo hacer es usar la PDH para censurar la libertad de expresión del artista que lo hizo y tratar torpemente de afectar al cineasta que lo produjo.
La libertad de expresión necesariamente comprende la libertad de expresión, en especial, de las ideas o formas con las que no estoy de acuerdo. En eso se basa la libertad de los ciudadanos, en que la libre expresión del pensamiento y en especial de las ideas o expresiones artísticas no puede de ninguna forma ser censurada, afectada o limitada por un actor estatal como lo es la PDH.
¿Entenderá el señor procurador de los DD. HH. que esa es una de las piedras angulares de la libertad republicana y democrática de nuestra Constitución? ¿Le importa al señor esa libertad? ¿O el señor cree igual que el “non grato” de Velásquez que él es un rey y no un funcionario público sujeto a la ley y a la Constitución? ¿En dónde en la ley orgánica de la PDH dice que esa institución puede ser censora de la libertad de expresión artística de los guatemaltecos? ¿Vendrá ahora el amparo ilegal e inconstitucional ante la CC para que borren el video o se prohíba transmitirlo?
Es tan burdo el PDH que no se da cuenta que la controversia que él mismo ha causado contra un video de música popular lo único que logró es que más de medio millón de personas en YouTube hayan visto el video.
¡Así de perdido está este pobre señor que se dice funcionario público! Señores diputados del Congreso de la República, ¡urge que ustedes de urgencia nacional destituyan al peor procurador de los Derechos Humanos de toda la historia republicana del país!