Lupe pasa los días en el trabajo abrumada por la cantidad de cosas por hacer. A pesar de estar todo el día trabajando, no avanza y su lista de pendientes solo crece y crece.
Su jefe le ha dicho que mejore y que tiene que enfocarse en lograr resultados, lo cual hace que se sienta más frustrada y desmotivada, ya que es eso justamente lo que no logra concretar.
Las horas vuelan en su reloj y su lista de pendientes sigue exactamente igual de llena, el tiempo no le alcanza para nada.
Veamos qué está haciendo Lupe que no le ayuda a alcanzar sus objetivos y sacar adelante su lista de pendientes.
1. Prioridades.
En su lista hay más de 20 cosas por hacer, entre mandar correos, hacer cotizaciones y redactar un informe, hasta dar seguimiento a los clientes. Sin embargo, como no sabe por dónde empezar, comienza por el principio de su lista, que no es necesariamente lo más importante, ni lo más urgente.
2. Muchas cosas a la vez.
Cuando le preguntan: ¿Qué estás haciendo? No sabe qué contestar, ya que está haciendo todo al mismo tiempo. En su computadora mantiene más de ocho ventanas abiertas y va cambiando de una a la otra a lo largo del día. El efecto es que no termina nada, porque todo está a medio hacer.
3. Agenda.
Dos cuadernos, cinco post-its y hasta la hoja de papel que estaba en el escritorio son suficientes para llevar las tareas de Lupe. Cuando se acuerda de algo, busca dónde apuntar. Es más, en reiteradas ocasiones confía en su memoria, a pesar de la cantidad de veces que le ha fallado.
4. Distracciones.
Entre el teléfono que suena, los mensajes del chat, el jefe que le pide que vaya a su oficina, ir al baño por los dos litros de agua al día que debe tomar y el compañero que le mete conversación, Lupe usa más de dos horas de su día en distracciones.
Cuando regresa a lo que estaba haciendo, le cuesta mucho volver a arrancar y, para rematar, cuando lo logra viene una nueva distracción al ataque.
A pesar de haber otros factores, Lupe admite que son estos los que más le afectan.
Veamos cómo solucionarlos…
1. Prioridades.
Lo que es importante para ti, no necesariamente sea para mí. Cuando nos dan una tarea debemos preguntar la importancia de la misma y clasificarla con algún símbolo o letra en nuestra lista de pendientes.
⁃Por ejemplo, del 1 al 3, siendo 1 lo más importante y 3 lo que no es ni importante, ni urgente.
⁃Ordena tus tareas con base en los números de prioridades, te ayudará a mantener el enfoque en lo importante.
2. Enfoque en un objetivo.
Para poder dar como terminada una tarea, nos tenemos que enfocar en una a la vez. Cuando creamos que somos multitasking, recordemos el dicho que dice: “Si persigues dos conejos, ambos se escaparán”.
3. Agenda.
Lleva una agenda ordenada, idealmente con fechas para las tareas del día, y en el caso de tener una tarea para la semana siguiente, puedes ponerla en el día que la debes completar.
4. Distracciones.
Aprende a decir “no”, y a decir “sí” cuando sea el momento. Aprovecha a contestar los chats de los amigos en tus horas de refa o almuerzo para que no te distraigan de tus tareas, y conversa tranquilamente en los momentos en que no estés tan atareado con todo lo que tienes que hacer.
Recuerda que el que mucho abarca, poco aprieta, y que si te enfocas en una cosa a la vez, podrás ir tachando esos pendientes hasta hacerlos desaparecer.