Tuve el privilegio de acompañar a Ricardo Méndez Ruiz a la ciudad de Bogotá, en Colombia, en días recientes a contactar a la derecha colombiana, pero de manera especial a tener una conferencia y plática con el expresidente Álvaro Uribe Vélez, figura cumbre de la derecha colombiana y continental en toda la América Latina.
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El expresidente Uribe recibió un país en guerra con una guerrilla que prácticamente operaba impunemente donde quería en Colombia y realizaba actos terroristas constantemente, secuestrando, masacrando y colaborando con el narcotráfico y en el caso de las FARC, la guerrilla más grande de Colombia y uno de los carteles de narcotráfico más grandes del mundo, con miles de secuestrados en la selva colombiana.
Uribe no solo atacó las plantaciones y laboratorios de coca y a la guerrilla de la FARC, sino que atacó a los grupos paramilitares, que también colaboraron con el narcotráfico y extraditó a muchos de esos líderes paramilitares, al igual a varios narcos a los EE. UU. por las gravísimas acusaciones de narcotráfico que pesaban contra estos grupos. Al mismo tiempo que Venezuela se despedazaba económicamente por el comunismo y el socialismo violento y contra los DD. HH. de Chávez y ahora del dictador Maduro, Colombia creció gracias al impulso del empresario colombiano y a las correctas políticas de recuperar la gobernabilidad democrática del presidente Uribe; y ese crecimiento se ha mantenido a pesar de las gravísimas amenazas de la izquierda colombiana tanto política como criminal en contubernio con las FARC, que en colaboración con los comunistas cubanos y venezolanos no quisieran otra cosa más que destruir a Colombia y destruir las capacidades institucionales que el pueblo, el Estado y el Ejército de Colombia han logrado construir.
“Fue un honor poder conocer personalmente a esos patriotas colombianos y muy agradecidos por el recibimiento tan pronto y de tan alta jerarquía”.
La derecha colombiana es un ejemplo de lucha, de unidad y de acción contra enemigos formidables y muy poderosos que tienen asociación directa con criminales, narcotraficantes y muchas agencias internacionales y ONG que constantemente atacan la institucionalidad colombiana. Es por ello que es muy importante que las derechas guatemaltecas de todo tipo: empresarial, activistas, políticos, militares y grupos de la verdadera sociedad civil guatemalteca tengan amplios contactos y colaboración con esa derecha exitosa colombiana.
Es de notar que Méndez Ruiz junto con muchos otros grupos de la sociedad civil y empresarial guatemalteca han luchado por años contra la grosera intervención extranjera socialista en Guatemala, desde Oxfam, Soros Foundations, ONU, hasta CICIG y demás ONG títeres de estos organismos internacionales que no pagan impuestos, que quieren subirnos los impuestos a nosotros los guatemaltecos que ya los pagamos, y que no responden ni rinden cuentas a nadie.
El expresidente Uribe, a pesar de estar en un agitado debate en el Senado de Colombia sobre el presupuesto nacional, nos recibió y tuvo una larga plática con Ricardo Méndez Ruiz y nos previno de los muchos colaboradores de la extrema izquierda y de gente cercana a las FARC que Velásquez y la gente a su alrededor quieren traer a Guatemala, como el magistrado Cogollo Pinilla o la excomisionada de la CICIG en Quetzaltenango, la abogada Zamora, ahora acusada en Colombia de proteger a criminales de las FARC y querer evitar que paguen los miles de crímenes de guerra que cometieron por los más de 40 años de guerra y terrorismo que han causado en Colombia.
Tuvimos igualmente reuniones con miembros de las fuerzas armadas de Colombia que están (con muchísima razón) preocupados por la comisión de la “verdad” que se ha establecido en Colombia y que nosotros les hemos prevenido que seguramente será utilizada para demonizar a las fuerzas armadas colombianas y sacarle al Estado millones y millones de dólares en resarcimientos, como aquí en Guatemala, pues de la forma más cobarde y hartera se han ensañado esos exterroristas de la URNG contra los héroes veteranos de guerra militares que defendieron a Guatemala de una agresión guerrillera, terrorista, asesina y secuestradora.
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Asimismo, tuvimos la ocasión de saludar y agradecerle a la senadora María Fernanda Cabal, miembro del partido de Uribe, su visita a Guatemala de hace algunos meses para denunciar igualmente a Velásquez, un personaje totalmente identificado con la extrema izquierda colombiana y la izquierda que colabora con las FARC en la política colombiana.
Fue un honor poder conocer personalmente a esos patriotas colombianos y muy agradecidos por el recibimiento tan pronto y de tan alta jerarquía que nos dieron en su bella patria, que lucha como Guatemala por librarse de las cadenas del terrorismo y del grupo de colaboradores internacionales de esa extrema izquierda criminal que tanto en Guatemala como en Colombia quieren destruir esas sociedades, su libertad, su capitalismo y su régimen republicano e institucional.
