Opinión

No se deje llevar por las bolas

¡Fraude! ¡Fraude! ¿Fraude? Un momento, por favor. En estos días se está hablando de fraude electoral de una manera muy simple y sencilla, como que estuviéramos hablando de la fuerte lluvia que cayó en la tarde o de lo soleado que está el día.

Las declaraciones irresponsables de muchos actores alimentadas por varios errores cometidos por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) nos están llevando a un escenario que no es bueno para la democracia.

Se está hablando de fraude electoral luego de que varios partidos e integrantes de las juntas receptoras de votos (JRV) se percataron de que había inconsistencias entre los datos que tenían en el acta de algunas JRV y el resultado preliminar que estaba presentando el TSE.

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Automáticamente para muchos esto fue suficiente para salir y hablar de fraude electoral. Momento… La cosa no es tan sencilla como la quieren pintar y la invitación es para que no caiga en la trampa sucia.

Este problema tiene al menos dos dimensiones desde las cuales se le puede analizar y solucionar. Por un lado, está la dimensión administrativa–procedimental y por otro está la dimensión política e institucional.

El TSE en su actuar debe ser muy cauteloso porque tiene que actuar de manera paralela en ambos planos, para aplacar los señalamientos y restaurar la tranquilidad, dando certeza y seguridad.

Vamos por pasos. Primero es importante enfatizar que el voto que usted fue a depositar en las urnas electorales el domingo pasado está resguardado y nadie va a poder alterar lo que fuimos a expresar con nuestro voto. Que no le mientan. La voluntad que usted expresó está a salvo.

Las actas de las juntas receptoras de votos (JRV) están bien y usted las puede consultar públicamente. Estas actas contienen los resultados electorales que fueron escrutados por los integrantes de las JRV, los fiscales de los partidos políticos y los observadores nacionales e internacionales que presenciaron el conteo de los votos.

El problema no estuvo en el conteo de los votos, sino en la fase en la que se digitan e ingresan al sistema los datos de las actas de las JRV. Es decir, el proceso mediante el cual en cada centro trasladan la información del número de votos que obtuvo cada partido en cada una de las papeletas.

Se han intentado dar explicaciones a lo sucedido. Unos indican que los partidos estaban en diferente orden y el digitador no se percató y cuando ingresó la información lo hizo mal. Otros hablan de errores involuntarios que cometieron los digitadores.

Hasta el momento, son varios los partidos que salieron perjudicados o beneficiados por este problema. Algunos tienen más votos y otros tienen menos.

Afortunadamente se dio en este sentido y no hay un patrón común en el que uno pueda sospechar de una intención clara para perjudicar o beneficiar a un partido o candidato específico. En síntesis, no hay fraude electoral. Que no le traten de vender gato por liebre.

El TSE indicó que va a revisar todas las actas y las confrontará con la información en el sistema para corregir las inconsistencias que se han encontrado.

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Desde mi perspectiva, es lo más oportuno y necesario para rescatar la confianza y la credibilidad del proceso electoral. Los archivos son públicos y la información está disponible para que todos la podamos chequear. Esto salva la situación en la dimensión administrativa–procedimental.

Por otro lado, la dimensión política e institucional requiere de una estrategia de comunicación efectiva del TSE. En este sentido, el órgano electoral debe ser muy cuidadoso con lo que dice, quién lo dice, en dónde lo dice, en qué contexto lo dice y cómo lo dice.

Las campañas de desprestigio y del mal llamado “fraude electoral” se están desarrollando en el plano mediático, especialmente en las redes sociales, y el TSE debe contrarrestarlas en ese campo.

Me quiero despedir con una invitación a que no se compre los argumentos que desinforman y buscan generar caos. No hay fraude electoral.

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Su voto está resguardado por un sistema que le da certeza a los procesos electorales. Las inconsistencias se dieron por errores en la digitación y el TSE debe identificar las causas y corregirlas para que esto no suceda en la segunda vuelta electoral. ¿Qué opina usted?

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