En Guatemala, todos los años muchas organizaciones de la sociedad civil y personas comprometidas con los procesos que buscan eliminar la violencia contra la mujer realizan diversas actividades para promover el Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer o Día internacional de la no violencia de género.
Tradicionalmente, se organiza una marcha que busca visibilizar en los espacios públicos el debate nacional y la urgente necesidad de concientizar, en un contexto muy machista, así como apoyar iniciativas que tengan como objetivo erradicar la violencia que se genera por condición de género. A su vez, las organizaciones que planifican esta actividad presentan una serie de propuestas e iniciativas a las instituciones públicas, que buscan desde luego fortalecer los esfuerzos públicos e institucionales que tienen el propósito de erradicar todas las formas de violencia que enfrentan las mujeres, reclamando políticas integrales que representen una solución real.
“Es importante recalcar que los hombres somos parte del problema y la solución, debemos ser conscientes de no reproducir roles y estereotipos que contribuyan a la violencia de género”.
Una de estas organizaciones que he tenido el gusto de conocer es Mujeres Iniciando en las Américas (MIA), la cual está establecida en Guatemala desde 2008, brindando formación preventiva con enfoque de género a hombres, mujeres, niños, niñas y adolescentes. Uno de los objetivos de esta organización es involucrar a los hombres para hacerles ver que la violencia no solo afecta a las mujeres y a la niñez, sino a la sociedad en general.
MIA, a través del Diplomado “Hombres contra Feminicidio”, desde su inicio, como organización, busca prevenir y erradicar la violencia que se genera hacia la mujer y la niñez, la cual repercute en el desarrollo pleno de las personas y vulnera sus derechos humanos. Nosotros, los hombres, tenemos un gran compromiso como lo plantea la organización, debemos involucrarnos y comprender que la violencia de género también nos afecta y nos convierte en víctimas desde la infancia.
Es importante recalcar que los hombres somos parte del problema y la solución, debemos ser conscientes de no reproducir roles y estereotipos que contribuyan a la violencia de género. Tenemos que comprometernos a reconocer que a los hombres la sociedad machista nos coloca en una posición ventajosa, pero que también nos “enseña” a reprimir emociones, nos limita a desarrollar y ejercer roles importantes, por ejemplo con la paternidad, y nos asigna un rol de protector/proveedor. Estos prejuicios son un conjunto de elementos que nos genera una inmensa carga emocional que puede llegar a convertirse en violencia en ciertas etapas de la vida e interferir en la convivencia con las personas que están a nuestro alrededor.
Por ello, la invitación en esta columna es que demos un paso hacia adelante y asumamos un compromiso para prevenir y erradicar la violencia en contra de la mujer y en todas las formas en que se manifiesta, así como participar de manera activa en las actividades que se organizarán el próximo 25 de noviembre y que pueda acompañar la marcha que busca contribuir a la discusión pública de los efectos dañinos que genera la violencia de género. ¿Qué opina usted?