Opinión

Educación virtual de calidad para todos

La semana pasada la ministra de Salud y el director de la Coprecovid brindaron una conferencia de prensa. Realmente no fue nada alentador ver las proyecciones de los nuevos contagios de la pandemia de Covid-19, afirmando que agosto será el peor mes. Genera mucha ansiedad no contar con una hoja de ruta que tenga planes tanto para reactivar la economía como para abrir los servicios. Además de la salud y el empleo, tengo una seria preocupación por la educación pública. Difícilmente, los niños, niñas y la mayoría de los jóvenes tendrán educación presencial durante el resto del año.

Hace más de 10 años se planteó en el Ministerio de Educación -Mineduc- la importancia de no solo cambiar los contenidos, sino utilizar la educación virtual como un medio para el aprendizaje. Lamentablemente, en las últimas tres administraciones se dio mayor peso a los aumentos salariales masivos del personal que a invertir en el futuro de los estudiantes.

Sin embargo, considero a esta crisis como un motor de transformación educativa en el país. A pesar de que se implementó un nuevo currículo nacional base, se mantiene el modelo de enseñanza tradicional que no permite desarrollar muchas de las destrezas de este siglo. Aún se basa gran parte en el aprendizaje de memoria, la instrucción activa del docente y la recepción pasiva de conocimientos de los estudiantes. Coincido con el equipo del Ministerio de Educación sobre la importancia de cambiar las experiencias de aprendizaje para que los estudiantes se motiven a aprender y desarrollar las habilidades para tener éxito en esta época; sin embargo, esto requiere mejorar sustancialmente la gestión pública.

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El BID señala que las habilidades del siglo XXI se pueden agrupar en tres: a) cognitivas, b) de función ejecutiva y c) las socioemocionales. Cognitivas se refiere a mínimas, como lectura y escritura, técnicas, digitales y pensamiento crítico. Las de función ejecutiva buscan la flexibilidad mental, el autocontrol, la autorregulación y la capacidad de las personas para reflexionar sobre sus procesos de pensamiento y la forma en que aprenden. Por último, las socioemocionales son: motivación, autoestima, perseverancia, adaptabilidad, compromiso, empatía y tolerancia. En esta era el maestro se convierte en un orientador, pues según los expertos, el conocimiento se duplica cada tres meses.

La biblioteca más grande del mundo se llama Google y muchos estudiantes aún no cuentan con acceso a toda una era de la información y un mundo virtual. Es el momento de llevar la tecnología a las aulas. Solo por medio de su uso se podrá llevar educación a los alumnos y además desarrollar las habilidades digitales para que sean partícipes de la revolución tecnológica. Además, se democratizaría la información, llegando a todos los rincones del país. Con las nuevas tecnologías de la información y comunicación -TIC-, el docente podrá fomentar el aprendizaje personalizado y activo, la continuidad del aprendizaje fuera de lo formal y el desarrollo de las nuevas competencias. ¿Cómo logramos contar con dispositivos e internet y llevar la educación virtual a todos? Será de aprovechar estos momentos.

Hay mucho que aprender de otros países, inclusive localmente varios lo están haciendo. Se puede armar un equipo integrado por personas capaces y experimentadas que apoyen al ministerio. Se requerirá de un equipo técnico multidisciplinario que presente un plan con acciones concretas y presupuesto. Contar con el asesoramiento de personalidades como Luis von Ahn y Marcos Andrés Antil sería de gran utilidad. Cada día la tecnología es más barata. Se necesita de un dispositivo por estudiante (aproximadamente Q300 es el costo de una tableta). Adicionalmente, una computadora para cada maestro, cuya inversión sería alrededor de Q2,500. Se tendrá que diseñar contenidos y plataformas específicas.

Respecto al acceso a datos e internet, está pendiente la subasta de la frecuencia de cuarta generación (4G) que urge realizar para apoyar este plan. Además, contar con un equipo de soporte tanto de los dispositivos como al software al servicio de los estudiantes. La estrategia partiría de priorizar algunos grados en la primaria (los últimos tres) y toda la secundaria. En menos de tres años se tendría cubierto todo el país. El cálculo para llevar a cabo esta estrategia inicialmente es de alrededor de 700 millones de quetzales, lo equivalente al 4% del presupuesto actual del Mineduc.

Este año se pueden usar los rubros destinados al Programa Académico de Desarrollo Profesional Docente -Padep/D-, libros de texto, el bono de fin de año del maestro y ahorros. Adicionalmente, debe invertirse en la capacitación y formación inicial del docente con esta nueva perspectiva. Se requiere de un sistema de reclutamiento de docentes basado en el mérito, la excelencia y que sea muy competitivo, cuya mejora en su remuneración sea por carrera y no por pactos colectivos. Un perfil que se acople a las necesidades de la sociedad del conocimiento. Maestros que aprenden por sí mismos, investigan, orientan y aman la enseñanza. Educadores de vida que guían a los alumnos a convertirse en mujeres y hombres de bien y de éxito en la vida, en el trabajo y en su comunidad. En Perú lo están haciendo. Bajo la iniciativa “Aprendo en casa” han distribuido alrededor de un millón de tabletas y computadoras para los establecimientos.

En las zonas rurales, sin acceso a internet ni electricidad, los alumnos reciben un cargador solar y en las escuelas con energía eléctrica y buena conectividad, se les dota de un plan de datos. Será necesario contar con una visión a nivel nacional que sirva de norte, en el cual docentes, funcionarios, políticos, sociedad civil, fundaciones, universidades y empresarios estén de acuerdo. Y para que trascienda gobiernos, se requiere una institucionalidad fuerte y técnica que garantice la continuidad y su presupuesto. ¡El momento es ahora! ¿Qué opina de cambiar drásticamente la educación en Guatemala? ¿Cómo damos este salto a la educación virtual? ¿Le gustaría ser parte de esta transformación digital?

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