Por: Naama Levy, viceembajadora de Israel en Guatemala
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En el mes de julio de 2020, Las Naciones Unidas publicó su informe anual acerca de la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el 2020. Este documento se produce en medio del golpe que ha dado el Coronavirus a la implementación de todos los 17 objetivos y 169 metas que la Comunidad Internacional espera alcanzar para el 2030. El informe afirma que los grupos más débiles son los más afectados, especialmente los países en vías de desarrollo, las mujeres, niños, ancianos, personas con necesidades especiales, personas en extrema pobreza, inmigrantes, refugiados; entre otros.
Los principales objetivos de erradicación de la pobreza y el hambre han empeorado gravemente, y se estima que 71 millones de personas se unirán al círculo de hambre aguda. Asimismo, se considera que, al extremadamente alto número de muertes causadas por Coronavirus, se sumen miles de personas, las cuales morirán de hambre, o tendrán complicaciones médicas, escasez de acceso a vacunas y condiciones sanitarias inadecuadas.
Junto a estas cifras, se encuentra la escalofriante realidad de que alrededor de 1.600 millones de personas, es decir, la mitad de la mano de obra mundial, han perdido sus medios de subsistencia, o están experimentando una disminución de sus fuentes de empleos e ingresos. Los cierres de las escuelas han sacado 1.600 millones de estudiantes más de sus entornos educativos, y se estima que 370 millones han dejado de recibir alimento en las escuelas. La violencia en contra de las mujeres ha aumentado, así como hacia los niños y a los sectores más vulnerables. A su vez, los círculos de pobreza y hambre se han expandido.
Es precisamente por estos alarmantes datos mencionados, que es necesario integrar los ODS en todas nuestras actividades, así como en cada paquete de rescate económico, o plan para aumento de resiliencia. Es importante recordar que vivimos en un mundo global y, como ha demostrado el Coronavirus, los problemas tienden a trasladarse de un país a otro, y de una región a otra. Por lo tanto, nos corresponde a todos a nivel mundial, movilizarnos para la implementación de los ODS. Hoy en día, más que en cualquier otro momento, estos objetivos son nuestra brújula y nos muestran el camino correcto.
Cada país debe examinar cómo puede contribuir a la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, e Israel puede ayudar con su tecnología y experiencia en áreas tales como salud pública, manejo del recurso hídrico, agricultura, y manejo energético renovable, para implementar los objetivos de erradicación de la pobreza y el hambre, promoviendo la seguridad alimentaria y nutrición, y el acceso a energía y agua. La innovación de Israel es de renombre mundial, y puede ayudar a lograr el cumplimiento de la mayoría de los 17 ODS.
Un ejemplo de la tecnología e innovación israelí fue en la segunda ola de Coronavirus, en la que se desarrolló el Virimask: una mascarilla que brinda protección respiratoria completa a los equipos que están a la vanguardia de la lucha contra el Coronavirus. Las pruebas de laboratorio realizadas por la compañía, han demostrado que brinda más del 99% de protección contra el virus, en comparación con la mascarilla N95, que utilizan hoy los equipos médicos y que transfieren hasta un 5% de las partículas. La mascarilla también evita que los aerosoles flotantes lleguen a los ojos, a diferencia de la N95, la cual brinda protección solamente en nariz y boca.
En Israel, debido a su ubicación al borde del desierto, y las circunstancias de su establecimiento y existencia, y como un país en el cual abunda la innovación, la iniciativa y la creatividad, se han formulado y desarrollado innumerables soluciones con respecto al medio ambiente, las cuales se pueden compartir a escala global. Sin trabajo conjunto, entendiendo que los desafíos son mundiales y que la salida del Coronavirus es a través de la cooperación internacional, no lograremos una lucha adecuada, y quizá no saldremos de la situación. Hoy, en un momento de crisis mundial, es importante que nos adhiramos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y accionemos nuestro mejor esfuerzo en lograrlos. Sin duda, para un mundo mejor y más seguro, los ODS son nuestra visión.
