Opinión

Mis ancestros del lado Gabriel

Por: Mayra Gabriel

He investigado por muchos años la ascendencia y curiosidades de la familia de mi papá, los Gabriel Abularach. Hace unos años, empecé esta investigación con el deseo de poder hacer un libro de la vida profesional de él, pero al final cambié y elegí mejor escribir y documentar el nacimiento y crecimiento de una empresa que nació con tantas inquietudes y sueños, los cuales fue cumpliendo como buen visionario. Era un joven inquieto que quería desarrollarse y crecer como comerciante, aunque con la partida de su papá, en 1937, le tocó apoyar a su mamá y a sus hermanos por años en el negocio que el papá había empezado, hasta que decidió que era su tiempo de independizarse y le pidió a su mamá su bendición. Y fue así como empezó en 1953 su propia historia como comerciante y fabricante. Me siento muy orgullosa y honrada de haberle podido entregar en vida ese libro que titulé “Aceros de Guatemala”, cuando cumplió sus 91 años en marzo de 2012.

Luego de terminar ese libro, he seguido investigando sobre mis ancestros del lado Gabriel. La curiosidad me fue llevando a uno y otro lugar para tener y verificar más información. Sabía de un lugar lejano, donde quizás podía conseguir más sobre mis antepasados y, aprovechando un viaje por aquellos lares, llegué a Belén, en Palestina, cuna de la familia Gabriel.

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Qué apasionante fue llegar ahí y ser recibida con mucho cariño por personas que me conocían solo por referencia. Iba sola físicamente, pero llena de una gran energía familiar ancestral. Quería sentir y vivir lo que me tocara, sin tener ningún tipo de expectativa. Llegué al hotel de peregrinos en donde tenía mi reserva y, muy amablemente, Laila me recibió con un fuerte abrazo familiar, en mi cuarto tenía galletas y frutas. El hotel está situado a la vecindad de la Basílica de la Natividad. Cuenta la historia que ahí se encuentra la gruta donde Cristo nació de la Virgen María. Más privilegiada no podía sentirme. Mi nueva búsqueda estaba por comenzar y un océano de nueva información estaba por encontrar.

En la iglesia hay una oficina que lleva el registro de todos los nacidos y fallecidos en Belén y sus descendientes. No lo podía creer, estaba allí leyendo nombres y fechas de mis ancestros. Visité los cementerios para ver si veía alguna lápida con el nombre de los que habían fallecido allá en el siglo XIX, pero la mayoría de las lápidas estaban escritas en hebreo, y las de más de 100 años, obviamente, ya no existían. Constaté cómo realmente se escribían, en su origen, los diferentes nombres y apellidos de mi familia paterna. Encontré y recopilé nombres hasta de principios del siglo XIX. Fascinante. Increíble. Estaba tan emocionada, sobre todo cuando vi el nombre de mi papá escrito en aquellas hojas de libros tan antiguos. Regresé con muchísima información que enriquecerá los datos que sigo recopilando.

Otro detalle que me dio un gran sentir allá fue cuando me recordé de lo que mi papá me contaba sobre el inicio de la fabricación de la lámina galvanizada, producto que sabía que muchas de las personas que la compraban no sabían leer, así que quería tener un símbolo que la identificara. Fue, entonces, cuando se inspiró en la estrella de Belén y diseñó su propia estrella. Una estrella con los dos lados verticales de un largo diferente a los dos lados horizontales y con el efecto que tenía la luz de la estrella de Belén. Es así como nace su propia marca de calidad para identificar lo que, por muchos años, fue láminas Primium, la de la estrella, y que luego, con la misma, se siguieron identificando todos los productos que se fabricaban. Una estrella única y original, que acompañó durante toda una historia a las diferentes marcas de los productos que se fabrican en Aceros de Guatemala. Hoy esa estrella es una inspiración de compromiso y lealtad que nos ilumina desde el cielo.

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