Por: Mattanya Cohen, embajador de Israel en Guatemala
En los últimos 10 días ocurrió una de las peores escaladas de violencia que Israel ha experimentado en varios años, con Hamás y la Jihad Islámica Palestina disparando más de 4 mil cohetes contra centros de población israelí, matando a 12 civiles israelíes e hiriendo a cientos más. En un caso particularmente raro, incluso Jerusalén fue víctima de este último bombardeo de cohetes desde Gaza.
Si está buscando encontrar qué desencadenó este último aumento de la violencia, no necesita buscar más allá de Hamás. Hamás es una organización terrorista genocida, que abiertamente pide el asesinato de judíos, y que es responsable de la muerte y heridas de miles de civiles israelíes y palestinos. Tomó el control de la Franja de Gaza en un golpe militar en 2007 y también aspira a tomar el control de la Autoridad Palestina, ya sea mediante elecciones o por la fuerza. Ahora, Hamás está explotando el sensible sentimiento nacional y el período de Ramadán para inflamar la situación en Jerusalén y tomar el control de la Autoridad Palestina para convertirse en la fuerza líder.
Durante este período, Israel ha tomado todas las medidas posibles para desescalar la situación. Israel restringió la entrada de judíos al Monte del Templo durante los días de oración musulmana en el lugar y cambió la ruta de la Marcha de la Bandera en el Día de Jerusalén, mientras que la Corte Suprema retrasó una audiencia judicial acerca del tema de Sheikh Jarrah. Israel también ha continuado defendiendo las libertades de culto y religión de todos los credos de la ciudad y preservando el orden público. Todas estas medidas se tomaron para prevenir la violencia y restablecer la calma.
Hamás respondió a estas medidas con violencia y cohetes dirigidos contra ciudades y pueblos israelíes alrededor del país. Millones de civiles israelíes, incluyendo a mi mamá de 82 años, están ahora bajo la amenaza del lanzamiento de cohetes, y se han cerrado escuelas en ciudades de todo Israel. Hamás está esencialmente cometiendo un doble crimen de guerra: No solo está disparando contra civiles israelíes, judíos y árabes, sino que lo está haciendo desde áreas civiles densamente pobladas en Gaza, utilizando efectivamente a su propia gente como escudo humano.
El estallido de esta semana sigue a varias semanas de escalada del terrorismo palestino contra civiles israelíes. Solamente en abril, Hamás disparó más de 40 cohetes contra Israel. Asimismo, globos incendiarios lanzados desde Gaza han causado decenas de incendios, lo que ha provocado daños en el medio ambiente y la economía en todo el sur de Israel. En un ataque a tiros en el Cruce Tapuah a principios de mayo, un terrorista palestino mató a Yehuda Guetta, de 19 años, e hirió a otras dos personas. La policía fronteriza neutralizó un intento de apuñalamiento en Hebrón, así como a tres terroristas que abrieron fuego en un incidente separado en una base de la policía fronteriza en Salem, mientras se dirigían a llevar a cabo un ataque en el centro de Israel. Combinados, estos ataques terroristas dejaron casi 70 civiles israelíes heridos en las semanas previas a la escalada actual.
Tanto la organización terrorista Hamás como la Autoridad Palestina son responsables del daño que ha causado la incitación deliberada y pública a la violencia.
Israel continuará protegiendo a sus ciudadanos de la organización terrorista Hamás y es particularmente durante estos tiempos difíciles cuando más anhelamos la paz con nuestros vecinos. Ahora es el momento de darse cuenta de que cualquier expresión de simpatía por la organización terrorista Hamás socava efectivamente cualquier posibilidad de lograr la paz y mantener la estabilidad regional.