Opinión

"El futuro de la educación y la innovación"

Innovar es cambiar cosas introduciendo novedades. Ante el repunte de los casos de Covid-19 y las medidas dictadas por el estado de Calamidad, vemos que uno de los sectores más afectados será la educación. Los niños, niñas y adolescentes tendrán que permanecer en casa y para los que no cuentan con acceso a la tecnología, que son la mayoría, será posiblemente otro año perdido.
Como parte de los ejercicios que se están realizando por el arribo del bicentenario de la independencia, recientemente un grupo de expertos fuimos citados para imaginar el futuro de la educación y la innovación. Me voy a referir al primer panel titulado “Aprendizaje: Crisis, retos y oportunidades”.
Los datos actuales de la educación en Guatemala son alarmantes. Cuatro de cada 10 niños no asisten a la preprimaria, la mayoría va a la primaria, pero menos de la mitad cursa los básicos y apenas una cuarta parte de los adolescentes tiene acceso al nivel diversificado. Preocupa que quienes se gradúan del diversificado carecen de suficientes conocimientos, ya que las pruebas de 2019 muestran que solo uno de cada 10 graduados (14%) alcanzó el nivel de logro en matemática y un tercio (37%) el nivel de lectura.
Ahora bien, parte del reto es que a pesar de todas las reformas que se han presentado para mejorar la formación del maestro, estas no se concretan. Las pruebas que se hacen a los docentes que optan al cargo muestran que solo la mitad logra la lectura y estrategias de enseñanza y apenas una tercera parte la matemática. El CIEN ha señalado que el principal reto a superar que está relacionado con la calidad educativa es la implementación de un sistema eficiente de formación, reclutamiento y evaluación docente, de tal manera que en el futuro se pueda hablar de una adecuada carrera docente que inicie con elevados estándares de formación, que tenga filtros adecuados en el proceso de reclutamiento, un sistema de evaluación permanente, programas de formación en servicio vinculados al logro del aprendizaje en los estudiantes, sistemas de ascenso y remuneración cuya esencia sea el mérito, y prescindir del mediocre. Se debe abandonar la práctica recurrente de los últimos 13 años de aumentos generalizados de los salarios por medio de pactos colectivos, negociaciones que impiden la carrera docente. De hecho, el presupuesto del Ministerio de Educación (Mineduc) se ha triplicado desde el año 2008 a la fecha y la cobertura y calidad educativa no mejoran.
¿Qué recomiendan los expertos? Estuardo Pineda, de UNICEF, se refirió a reimaginar la educación, utilizar la tecnología, capacitar a los maestros y conectar a los jóvenes. Fernando Paiz, de la Universidad del Valle, habló de mejorar la gestión del Mineduc, descentralizar la educación y realizar reformas profundas para cerrar las brechas de aprendizajes y las digitales. Sin embargo, señaló que una transformación educativa inicia con un cambio individual. Lissette Aguilar, de la Universidad Rafael Landívar, hizo énfasis en las nuevas tecnologías y la importancia de que la pandemia de Covid-19 se convierta en un “acelerador” del cambio. Urgente la adaptación, un currículo flexible y dinámico, y un docente innovador y orientador.
Se tuvo la presencia de dos extranjeros. Diego Marshall, de Argentina, quien puntualizó a no solo pensar en la educación formal, sino también en la informal. El mundo nos permite crear redes de colaboración por lo que es necesario capacitar a los docentes en habilidades digitales. Mauricio Rodríguez, colombiano, mencionó lo imperante que es lograr un giro en la región hacia una educación consciente que demanda abordar la educación de forma integral, cambiar paradigmas e incluir las tecnologías. “Debemos formar ciudadanos con liderazgo, empatía y amor”.
Diana Ospina, quien trabaja en una institución que mide la felicidad, comentó la importancia de concentrarnos en las fortalezas, no en las debilidades. Todos tenemos potencial y debemos aspirar al desarrollo de cada individuo en busca de su felicidad. Importante superar el miedo y las angustias, trabajar en equipo y confiar. Ericka Vettorazzi, quien hace coaching, indicó que el desafío más grande en esta era es qué enseñar. Se debe fomentar el aprendizaje constante, cambiar la mentalidad y practicar la ética.
También se discutió la importancia de la conexión a internet. Guatemala debe avanzar en este tema, especialmente porque el Covid-19 vino para quedarse y la tecnología está para usarse. Esto requerirá desarrollar contenidos digitales, contar con dispositivos y tener acceso sin mayores costos para la comunidad educativa. Debemos tener visión de lo que viene en el siglo XXI para que los niños y jóvenes cuenten con las competencias para lograr el éxito en la vida.
El panel fue avanzando y las ideas fluyendo. Fue muy motivante e inspirador soñar juntos cómo lograr la transformación educativa. Posiblemente nos ha faltado creatividad en el pasado, pero podemos cambiar el futuro si tomamos acciones hoy. Reimaginemos la educación para todos, con docentes innovadores que velan por el aprendizaje constante de sus alumnos que los forman como líderes conscientes, seres felices, que a pesar de las adversidades de la vida siempre encontrarán superarlas. ¿Está satisfecho con la educación de sus hijos? ¿Qué podemos aprender de esta pandemia? ¿Cómo iniciamos la transformación educativa en Guatemala?

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