Recientemente tuvimos una reunión un grupo de amigos y expertos en educación para analizar la situación del sector. Todos, sin excepción, presentaron una sincera preocupación por lo que está sucediendo. Ya han pasado casi dos años y la mayoría de los alumnos no han asistido a la escuela y se desconocen los resultados.
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Claro está que el Ministerio de Educación (Mineduc) trabajó guías y plataformas para los alumnos, además hizo entrega de alimentos a los padres de familia; sin embargo, la mayoría coincidió en que es importante innovar si se desea rescatar el aprendizaje de los niños y los jóvenes y apoyar la transformación que requiere el sistema educativo.
El Mineduc presenta bajas tasas de deserción escolar el año pasado (especialmente en preprimaria y primaria), sin embargo eso no significa que los estudiantes que permanecieron en el sistema estén aprendiendo. Según su análisis, llegaron a una cobertura del 61% en preprimaria, 94% en primaria, 49% en diversificado y 26% en diversificado.
Para contar con evaluaciones de la calidad educativa, existen pruebas diagnósticas para distintos grados, mismas que tienen un grado de dificultad poder realizarlas por la pandemia del Covid-19. Es lamentable que, por ejemplo, en el caso de la prueba que se imparte a los graduandos por dos años consecutivos no se han aplicado. Preocupa que el Mineduc no haya tenido un plan alternativo para hacer esta evaluación.
Paralelamente se está discutiendo el presupuesto para el Mineduc para el año 2022. El presupuesto del año 2021 fue de Q17,913.7 millones, para el próximo se plantea uno de Q19,954.0 millones (una variación del 11%). En teoría es un presupuesto por resultados y se comprometen a mejorar la lectoescritura y la matemática en todos los ciclos. Pero se tiene como base el año 2019 y no se especifica una estrategia distinta para alcanzar dichas metas.
El 73% es para servicios personales. Resalta aumentos porcentuales en tecnología educativa (de Q45 a Q88 millones), valija didáctica (de Q25 a Q52 millones) y seguro escolar (de Q119 a Q312 millones). En cifras en quetzales resalta el incremento de Q533 millones para refacción escolar y Q857 millones en remuneraciones de maestros. Se incluye el doble de recursos del año pasado para remozamiento de escuelas (Q223 millones), lo cual es insuficiente, ya que hay más de 10 mil escuelas que no tienen servicios de agua potable ni saneamiento.
La pregunta es si este presupuesto es el adecuado ante la emergencia que se está viviendo. Respecto a la refacción escolar, la propuesta de presupuesto presenta otorgar Q4 por alumno por 180 días de clases y atender a 2.6 millones de estudiantes de primaria y preprimaria del sector público. Sin embargo, la semana pasada, por medio del decreto del Congreso 12-2021, se realizaron reformas a la Ley de Alimentación Escolar para aumentar esta asignación a Q6 por alumno y ampliar la cobertura en el año 2023 a preprimaria y básicos con una asignación de Q4. El desafío es de dónde saldrán los recursos, ya que según los cálculos esto implica un aumento de aproximadamente Q1 mil millones más del presupuesto vigente, cálculo que no está incluido dentro del presupuesto para el siguiente año ni se cita la fuente de financiamiento.
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Adicionalmente se ha anunciado en los medios de comunicación de un nuevo pacto colectivo en el Ministerio de Educación de más de Q2 mil millones. Es de resaltar que este instrumento se ha utilizado desde el año 2008 para realizar aumentos masivos salariales, entrega de bonos y privilegios, sin obtener cambios en la calidad y cobertura educativa. Además, es ilegal con el secretismo que se discute el pacto; especial mención la negación de la información del Mineduc a un diputado que hace algunos meses solicitó el documento.
Ante la situación, ¿qué se puede hacer? Inicialmente, el grupo consideró que la situación es de emergencia nacional. Es prioritario hacer un estudio de la realidad. Indispensable conocer qué está pasando en las aulas, cuánto ha sido el aprendizaje de los estudiantes en estos dos años y cuáles son las brechas. También se desea identificar quiénes han logrado superar esta situación y cómo lo han hecho con el objetivo de imitar lo que ha funcionado.
Definitivamente deben implementarse modelos de educación híbrida, que combinan la educación presencial y remota a través de distintos medios como plataformas de aprendizaje en línea, televisión o radio. Sin embargo, en un artículo del BID se comenta: “Los expertos señalan que se requiere más que solamente distribuir tareas entre una modalidad y la otra. Se requiere repensar la educación y desarrollar modelos de enseñanza y aprendizaje que capturen la atención y el interés de los estudiantes por aprender de maneras diferentes en cada una de estas modalidades” (https://rb.gy/buszc4).
Lo que debe comprenderse es que se requieren nuevas técnicas, competencias y herramientas para el aprendizaje. Imposible tener resultados positivos si seguimos con un sistema obsoleto. El BID ha identificado cuatro ingredientes clave para lograr una educación híbrida exitosa: 1) Nuevas habilidades y perfil docente, 2) Contenidos y plataformas, 3) Información y seguimiento de estudiantes y 4) Equipamiento, infraestructura y conectividad. ¿Responden los programas del Mineduc a estos cambios? ¿En qué proyectos deberían invertirse los escasos recursos de 2022? ¿Cómo sacudir el árbol e iniciar una transformación educativa?