El tema de la inseguridad aparece repetidamente en las encuestas como uno de los tres problemas más importantes para la población. Lo que se ha observado en la última década es una disminución, especialmente cuando lo relacionamos con la violencia homicida. En el año 2009 llegamos a tener una de las tasas de homicidios por 100 mil habitantes más altas del mundo (46.4). Al año 2021 la tasa es de 16.6, lo que es positivo para el país. Si lo relacionamos con la cantidad de víctimas, pasamos de 6,498 a 2,843; el reto es año con año seguir bajando los homicidios. ¡Cada vida cuenta!
La semana pasada el CIEN, como brazo técnico de la Coalición por la Seguridad, presentó un análisis de los avances e hizo una serie de propuestas para mejorar. Desde hace varios años se da seguimiento a nueve denuncias de delitos. Es de resaltar que al comparar las cifras de los años 2020 y 2021 hubo una mejora significativa entre las tasas de los estos delitos en conjunto. Sin embargo, tres de los delitos monitoreados se redujeron y seis aumentaron. Resalta el incremento en las denuncias de delitos contra el patrimonio, en particular los robos de vehículos, los robos de motocicletas y robo a viviendas. Estas dos últimas cifras aumentaron en 2021, incluso si se comparan con 2019. Es de recordar que el año 2020 fue una época atípica debido a las restricciones de movilidad que hubo.
En el caso de los homicidios, hubo 266 más que en 2020, lo cual significa un aumento del 10%. Pero, si comparamos 2019 con 2021, la tasa continúa a la baja (21.5 a 16.6). A nivel geográfico, nueve departamentos registraron tasas menores a 10, resaltando, por otra parte, Zacapa, Escuintla e Izabal, con las tasas más altas, por arriba de 34. A nivel municipal, aproximadamente una tercera parte de los municipios no registraron homicidios (106). Sin embargo, la mitad de los homicidios se concentraron en 16 municipios (5%). Estos datos son muy importantes para focalizar estrategias.
El análisis resalta que la cifra de lesionados siguió la tendencia a la baja. En años anteriores, la cifra anual de lesionados fue superior a la de homicidios y ambas mostraban la misma tendencia; sin embargo, en los años 2019 y 2021 la cifra de lesionados fue menor a la de homicidios.
Preocupan las extorsiones. Es de recordar que la mayoría de las personas que son víctimas de este delito no lo denuncian. Según la Encuesta Nacional de Percepción y Victimización (Enpevi) de 2018 apenas una de cada tres personas denuncia; comportamiento que se explica principalmente por la creencia de que “las autoridades no hubieran hecho algo”, por falta de pruebas y por miedo. Tanto la cantidad de denuncias como la tasa por 100 mil habitantes ha aumentado considerablemente en los últimos tres años. Las denuncias pasaron de 7,923 en el año 2017 a 13,288 en el año 2021 (tasas de 49 a 78). De nuevo se reafirma que son denuncias, no la totalidad de los delitos.
Ahora bien, ¿qué sabemos del delito de las extorsiones? Un estudio del CIEN realizado en el año 2020 indica que el 90% de las extorsiones salen de las cárceles, 8 de cada 10 extorsiones provienen de “imitadores” y solo el 20% son realizadas por pandilleros. El 15% de los reclusos está ligado al delito de la extorsión y el 80% de los procesados por este delito son condenados. La Enpevi 2018 señala que, del total de las denuncias, el 60% de las víctimas fueron personas en sus residencias, seguidas de comercio (31%) y transporte (6%). Geográficamente, las denuncias se concentran en los departamentos de Guatemala, Escuintla, Jalapa, Retalhuleu y Quetzaltenango.
Para el año 2021, CIEN hace algunas propuestas para fortalecer la PNC y mejorar el Sistema Penitenciario (SP). Se recomienda que la policía desarrolle su plena capacidad operativa, investigativa y prospectiva, basada en la obtención y gestión de información y análisis de datos, que le permita aumentar su capacidad de planificación estratégica, anticipación y manejo de riesgo. Adicionalmente, se sugiere fortalecer la Academia, privando el reclutamiento por evaluación y selección, abierto, imparcial y objetivo; se debe medir y capacitar al personal docente de esta. Por último, se debe revisar y calendarizar los procesos de ascenso dentro de la carrera policial para su transparencia.
Actualmente, la tasa de ocupación del SP llega al 346%, por lo tanto, es importante llevar a cabo la licitación de la nueva infraestructura y contar con una planificación a mediano y largo plazos. Se considera de suma importancia que las nuevas cárceles sean administradas bajo el Nuevo Modelo de Gestión Penitenciara para lograr un verdadero cambio. La alta sobrepoblación en los centros no permite mantener un control adecuado. Es urgente resolver que las llamadas de extorsión no sigan saliendo de las cárceles, lo que requiere de una buena coordinación interinstitucional y voluntad de solucionar esta problemática.
Además, debemos continuar con las encuestas de victimización para contar con datos oportunos que permitan evaluar si las estrategias implementadas han sido efectivas, fortalecer las instituciones de la justicia penal y privilegiar la prevención de la violencia y el delito. ¿Cree que ha mejorado la seguridad en el país? ¿Se siente seguro en su comunidad? ¿Cómo puede usted aportar para lograr más y mejor seguridad?