En el Mes de la mujer, en el área de Seguridad Ciudadana del CIEN estudiamos a fondo los delitos de violencia contra la mujer y el femicidio. Respecto al último, realmente no existe una definición universal, pero sí marcos legales que lo tipifica. Un femicidio cuenta con tres características: 1) La víctima deber ser una mujer y el victimario hombre, 2) La muerte se da por la condición de ser mujer, y 3) Existe una relación de poder desigual entre la víctima y el victimario.
En Latinoamérica, Guatemala fue pionera, siendo el tercer país en introducir el delito de femicidio bajo el Decreto 22-2008, que contempla también otras formas de violencia contra la mujer. Además, este no solo crea el delito, sino también la justicia especializada en género. Es una ley moderna, con un enfoque de género y victimológico. Dos años más tarde se inició su implementación, creando juzgados y tribunales con competencia para abordar este delito.
En Guatemala, en los últimos siete años, del total de muertes violentas, un 15% corresponde a mujeres. En el año 2021, de los delitos que causaron las muertes violentas de mujeres, la mitad fueron homicidios, seguido por asesinatos (27%) y una cuarta fueron femicidios. En el año 2020, durante la pandemia, hubo una reducción de la delincuencia en general, pero, lamentablemente, por primera vez hubo más femicidios (25%) que asesinatos (21%).
Lastimosamente, en el año 2021 se observó un incremento de 22% en las muertes violentas de mujeres con respecto a 2020. En la misma proporción aumentaron los femicidios. Con respecto a 2019, las muertes violentas de mujeres se redujeron en 21.7%, pero los femicidios únicamente en un 0.7%. En el año 2021, el femicidio fue la tercera causa de muertes violentas de mujeres.
Si nos comparamos con otros países latinoamericanos, usando tasas de femicidios por 100 mil mujeres, para el año 2020 la tasa promedio de la región fue de 1.7; Guatemala tuvo una tasa menor (1.4). Resaltan a Honduras con la mayor tasa (4.7), seguido de Trinidad y Tobago con 3.1, República Dominicana con 2.4 y El Salvador con 2.1.
En esta última década se han realizado esfuerzos en Guatemala para abordar los delitos de femicidio y otras formas de violencia contra la mujer. A nivel institucional, actualmente existen 40 órganos jurisdiccionales especializados en 17 departamentos, incluyendo dos salas de Apelaciones. Asimismo, se creó la Fiscalía contra el Femicidio en 2016. Adicionalmente, se ha capacitado al personal en temas de género y atención a la víctima en casos de femicidio en grado de tentativa para lograr un abordaje apropiado. Y, en marzo del año pasado, se inauguró el Modelo de Atención Integral de las Mujeres Víctimas de la Violencia (MAIMI), para mejorar la coordinación interinstitucional en la atención integral a las mujeres víctimas de violencia y así también prevenir que estas se conviertan eventualmente en víctimas de femicidio. También se da seguimiento de alertas tempranas por reincidencia en casos de violencia y se implementaron medidas de protección como el botón de pánico o medidas de seguridad solicitadas ante un juzgado.
Estas acciones han tenido incidencia, ya que la tasa nacional de femicidios bajó de 2.7 por 100 mil mujeres en al año 2017 a 1.5 en el año 2021. El número de casos en el mismo periodo disminuyó de 240 a 186. La región oriente del país: Jutiapa (6.1), Zacapa (4.3), Santa Rosa (3.5) y Petén (3.3) muestran las tasas más altas, entre 2 y 4 veces mayores a la tasa nacional.
El estudio también aborda la salida de los casos de femicidio. Entre 2015 y 2019, la salida más frecuente fue la sentencia (60-78%), seguido por el archivo (10-22%). En 2021 se observó un cambio por la implementación de un nuevo modelo de gestión de casos del Ministerio Público, generando una mayor cantidad de salidas de archivo (50%), seguido de sentencia (24%). Es de señalar que entre 2015 y 2021 se ha emitido anualmente un promedio de 65 sentencias por femicidio, con excepción de 2020, que hubo 32 sentencias. Esta disminución se explica por la pandemia durante la cual el Organismo Judicial suspendió sus actividades durante varios meses. El 80% de todas las sentencias han sido condenatorias.
EL CIEN concluye que, aunque Guatemala se sitúa ligeramente debajo del promedio latinoamericano respecto a los femicidios, con una tasa de 1.4 por cada 100 mil mujeres, debe tomarse nota que la región del Triángulo Norte tiene un gran reto. Luego de la aprobación de la Ley contra el Femicidio en 2008, se encontró que se han realizado varias acciones para la persecución y judicialización de los hechos, como la implementación de una justicia especializada en género, la creación de la Fiscalía de Femicidios y programas de atención a víctimas mujeres. Desde que se creó el delito en 2008 en el país, lamentablemente han muerto 2,168 mujeres por femicidio, pero se han condenado a 630 hombres.
Las recomendaciones del estudio van encaminadas a seguir fortaleciendo las instituciones y dotar de recursos tanto a las de persecución y judicialización del femicidio, así como las que son auxiliares de la justicia penal con el fin de agilizar los procesos de investigación. Deben hacerse esfuerzos para prevenir los femicidios con intervenciones focalizadas y tempranas para disminuir la violencia contra la mujer. Es importante el estudio y comprensión de las dinámicas de este delito para lograr una reducción continua. La copia completa del estudio estará siendo publicada durante esta semana. ¿Conoce algún caso de femicidio? ¿Cómo podemos poner alto a la violencia contra la mujer? ¿Influye la cultura machista en la violencia contra la mujer?