Le quiero contar que, hace unos días, estaba oyendo a Alejandra Sassano, en su experiencia que está viviendo en Bali, y en uno de sus tantos mensajes bellos que está compartiendo, dijo: “regálate estar contigo”, y supe que podría seguir desarrollando ese sentimiento que ella expresaba y compartirle lo que me va saliendo del alma.
Luego de unas semanas llenas de emocionantes momentos que viví junto con mi hijo, elegí venirme a nuestro rancho en la playa del Pacífico. Unos días donde me estoy regalando tiempo para estar conmigo. ¿Y qué significa esto para mí? Es fácil, tener tiempo sin tener que ocuparme de alguien más, de hacer lo que quiera al ritmo que quiera. Si como, como, y si no, pues no como. Si quiero tomar algo, pues me lo sirvo y ya. Si quiero trabajar y hacer cosas que tengo pendientes, pues las hago o no, pero al ritmo que yo decida. Y si quiero seguir leyendo el libro que dejé marcado donde me quedé, pues lo agarro y sigo su lectura.
Es tan importante regalarme tiempo y estar en silencio conmigo, tiempo en el que puedo estar simplemente sentada frente al mar y sentir qué es lo que mi cuerpo y alma están recibiendo. Estar en modo observación y dejar sentir lo que el alma me quiera decir. Definitivamente, el estar conectada conmigo, con mi ser interior, me da la claridad para expresarme más tranquilamente en mi comunicación externa.
He estado inquieta con una frase por desarrollar que dice: “¿Estoy viviendo mi presente, con pensamiento presente?”, cómo dirían algunos, ¡wow! Definitivamente, el regalarme tiempo conmigo misma me permite también oír mis pensamientos en modo presente, y eso es maravilloso. ¿De qué me sirve estar físicamente presente si mis pensamientos andan totalmente por otro lado? Y parte de regalarme tiempo para disfrutarme es eso. ¿Cuánto tiempo se dedica usted a usted? Por ejemplo, al levantarse o cuando tiene un espejo enfrente se felicita por estar guapa o verse atractivo, aunque tal vez esté toda despeinada o recién levantado, pero el hecho de que usted misma y mismo se lo diga a usted, ya es un gran regalo para usted mismo.
Elija, con mucha alegría, disfrutarse, felicitarse, animarse, acompañarse y, sobre todo, amarse a usted mismo. Respetarse y amarse a sí mismo es lo mejor que puede aprender y disfrutar con gozo. Si usted está con usted, verá lo rico que es. El otro día fui a visitar a unos amigos y, cuando llegué sola al lugar, me preguntaba la señora de la casa: “¿Y con quién viniste?” Y le contesté: “Conmigo”. Luego de reírse me volvió a preguntar, y yo le dije: “Yo nunca estoy sola, siempre me acompaño y tengo muchos acompañantes que no veo, pero que sí siento”, y señalo al cielo. Mejor se río y ya no me dijo nada, ¿le parece?
Otro de los grandes regalos que he aprendido a tener es que, al autoelegir estar conmigo, simplemente, tengo la facilidad de observarme, de expresar lo mío sin juicio alguno y tener la total libertad de romper esos paradigmas que ya no van conmigo, como el de cuestionarme el para qué compartir mis experiencias y aprendizajes, como aprendí en algún momento de mi vida. Definitivamente, el dolor de hoy es la experiencia de mañana. Le puedo llamar, de forma responsable, “avanzar en conciencia” y seguir adelante desnudando mi alma con el gran gozo personal de que no pasa nada y que, con una persona que ayude a despertar o a sentirse de una forma más clara por su vida, ya me doy por agradecida a la apertura de lo mío y a seguir felicitándome y reconociendo todo lo que hay por delante para seguir aprendiendo y compartiendo.