Guatemala en protesta: Manifestaciones, bloqueos y paros
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La semana pasada ha sido de gran tensión para los guatemaltecos. La incertidumbre nos ha colocado en una situación complicada, llenándonos de ansiedad no solo por el futuro, sino también por la coyuntura actual y los eventos que están ocurriendo.
El allanamiento de la Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI) en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y el secuestro de documentos y cajas hace 10 días dejaron, en la mayoría de la población, un sabor amargo y mucha indignación, lo que ha desencadenado en una semana de manifestaciones y bloqueos, quienes también lo han denominado como un paro nacional.
El fiscal de la FECI prometió presentar los resultados de la investigación, pero seguimos sin comunicación al respecto. Esta falta de información solo aumenta la incertidumbre y la incitación para que renuncien cuatro funcionarios que investigan al partido Movimiento Semilla, magistrados del TSE, incluyendo la provocada por la denuncia de “1,000 personas que desean conocer la verdad” sobre los resultados electorales. Investigaciones que parecen legales, pero figuran como inoportunas y hasta ilegítimas.
Es difícil que pasemos otra con tantos bloqueos. Los guatemaltecos necesitan libertad para trasladarse de un lugar a otro, para trabajar, para que los niños y jóvenes puedan ir a la escuela, y para que los pequeños y grandes comerciantes puedan vender sus productos, especialmente los perecederos. Se requiere abastecer a las personas de bienes y servicios. Es preocupante la indiferencia y ausencia del gobierno a tan alarmante situación.
Es preocupante que algunas personas empiecen a desesperarse y puedan recurrir a actos violentos contra quienes están realizando los bloqueos. Ya hemos visto algunos casos la semana pasada. Varias personas han tenido que dormir fuera de sus casas, han enfrentado desafíos para cumplir con sus compromisos y obligaciones, e incluso han tenido dificultades para atender emergencias.
Considero importante que las manifestaciones continúen hasta que la situación se aclare, pero deben tener mucho cuidado con el abuso de los bloqueos, ya que esto viola uno de los derechos más importantes: la libertad de locomoción.
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Un estudio del CIEN señala que la libertad de locomoción de una persona constituye uno de los derechos civiles más fundamentales, ya que facilita el ejercicio de otros muchos. En concordancia con lo anterior, se identifican tres aspectos distintos de la libertad de locomoción: 1) La facultad de decidir partir desde el punto de origen, 2) El acto concreto de desplazarse a lo largo del trayecto determinado y 3) La facultad de elegir establecerse en el punto de destino. Asimismo, la libertad de movimiento puede tener un componente negativo o pasivo, lo que significa la posibilidad de ser forzado a detenerse en un punto, ser desplazado a un lugar no deseado o tener que atravesar un lugar que no se desea transitar.
Un bloqueo y una manifestación son dos formas distintas de expresión y protesta en una sociedad. Ambas implican la voz de la ciudadanía, pero se manifiestan de maneras muy diferentes. Un bloqueo implica una acción física que busca interrumpir o detener una actividad específica. Puede implicar la obstrucción de una vía de acceso, un negocio o un lugar determinado. Su objetivo principal es hacer sentir la protesta mediante la interrupción de una operación o servicio en particular.
Por otro lado, una manifestación es una reunión pública de personas que se reúnen para expresar su opinión o descontento de manera pacífica. Los participantes a menudo llevan pancartas, recitan consignas y pronuncian discursos para comunicar su mensaje. El propósito principal de una manifestación es dar a conocer una demanda o expresar una opinión ante el público en general, las autoridades o una institución específica.
En cuanto a un paro, con visión política y en contra de autoridades, se podría definir como una medida de protesta en la que un grupo de ciudadanos, trabajadores o sectores específicos suspenden temporalmente sus actividades como forma de expresar su desacuerdo o descontento con las políticas, decisiones o acciones tomadas por el gobierno en ejercicio. Este tipo de paro busca presionar al gobierno para que atienda sus demandas o considere cambios en su enfoque político. Puede tener diversas formas, como paros generales, sectoriales o específicos de ciertos grupos de trabajadores, y suelen ser un reflejo de la participación ciudadana en el ámbito político y social. Ahora bien, un paro nacional implica que todos los sectores estén de acuerdo. Por lo tanto, no es tolerable amenazar, ni coaccionar o insultar al que no desea unirse al mismo. Ya esta amenaza de cerrar las fronteras y aeropuertos es un abuso total que rebasa una auténtica expresión y demanda ciudadana.
Estoy totalmente a favor de las manifestaciones, que en varias ocasiones han sido muy efectivas para lograr cambios políticos en Guatemala. Sin embargo, no creo en los bloqueos, ya que son “algunos” los que se imponen mediante la obstrucción física sobre otros, violando los derechos de los ciudadanos. En el caso de un paro nacional, considero que debe ser libre y espontáneo; por un lado, para respetar a la población y por el otro, para que realmente sea efectivo e influya en las demandas políticas de la población.
Esta semana será decisiva. Esperamos que el Ministerio Público se pronuncie respecto a la última investigación, que posiblemente no encuentre nada trascendente, pero es urgente bajar la tensión. Indispensable que el gobierno se pronuncie y que se logren planteamientos ante la Corte de Constitucionalidad que le dé salida a esta situación tan compleja. Las elecciones se realizaron en paz y con transparencia. Los guatemaltecos escogieron a sus distintas autoridades, así que Bernardo Arévalo y Karin Herrera deben prepararse como binomio presidencial con su equipo para tomar posesión el 14 de enero de 2024. Debemos seguir adelante y trabajar todos juntos hacia un cambio para tener un mejor futuro. Requerimos reformas profundas para transformar Guatemala. ¿Qué opina sobre los bloqueos? ¿Cómo podemos organizarnos para que el gobierno atienda las demandas ciudadanas? ¿Será suficiente la renuncia de los funcionarios del MP y del juez para solucionar esta crisis institucional?