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La nota del día la dio el martes una ciudadana en un avión. Desconozco su nombre. No sé quién es. Seguramente, nunca la he visto. Es lo que menos importa. Esa ciudadana hizo algo admirable. Le dijo, a la cara, al juez Freddy Orellana lo que piensa la mayoría de la gente. Le hizo saber, de viva voz, el repudio que sentimos los que rechazamos su manera de actuar. Sus ejecutorias como juez. Su complicidad con quienes pretenden romper al país para mantener su impunidad y sus negocios. La notable ciudadana le dijo a Orellana que él es empleado del pueblo y que debiera, por eso, servirlo con honestidad. Desconozco el nombre de esa valiente mujer. No sé quién es. Seguramente nunca la he visto. Y aunque escribí antes que eso es lo que menos importa, me desdigo. La verdad, me encantaría saber quién es. Me gustaría mucho darle un abrazo y agradecerle su gallardía y su aplomo. Sería un honor conocer su historia. Saber cómo decidió levantarse de su asiento y enfrentar al juez. Y también qué pasó por su mente cuando le estaba diciendo sus verdades y cómo se sintió al ver que él no era capaz de articular palabra. Infinidad de preguntas qué formularle a ella. Innumerables gestos de aplauso por su gran hidalguía. Algún día tendré la suerte.
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Sumamente enfático sonó el eurodiputado Jordi Cañas cuando se expresó por la radio acerca de las conclusiones a las que arribó la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea, de la cual es jefe. Se le notó contrariado por lo que ha sucedido aquí. Por los ataques en contra de un resultado del que, según declaró, no existen dudas. “Aquí no hubo fraude”, fue la frase que usó reiteradamente. Y elogió nuestro diseño para sacar adelante las elecciones, del que destacó el voluntariado de miles de ciudadanos. Pero su tono cambiaba cuando se refería a las acciones del Ministerio Público. Se le veía molesto por ello. Dijo, sin tapujos, que jamás había visto una fiscalía que se atreviera a romper la cadena de custodia del voto y que se llevara las cajas electorales de la sede del órgano competente. Lo vi bastante más indignado por ello que a muchos guatemaltecos con los que ocasionalmente socializo. No es de extrañarse. A veces, la costumbre del atropello nos hace normalizar lo inaceptable. A veces, miramos para otro lado cuando lo que urge es ver a los ojos a la realidad y enfrentarla con coraje. Bien por Jordi Cañas y su equipo. Cumplieron magníficamente con su trabajo de observación. Comparto con él ese adjetivo con el que describió el descaro de los golpistas. “Es obsceno”, dijo. Y tiene razón.
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Del tema se ha dicho prácticamente todo. Hablo de la filtración del audio en que la fiscal Leonor Morales Lazo expone sus argumentos para “convencer” al juez Orellana de que es necesario allanar la sede del TSE y extraer las cajas electorales. A eso solo me queda añadir que considero lamentable que el Ministerio Público se limite a emitir un post en el que declara “falsa” la grabación que circula. Aunque el caso está en reserva, pudieron hacer algo más por sostener su punto. En materia de comunicación, digo. Algo que por lo menos diera alguna idea de su postura respecto de lo que se oye en esa conversación. No lo hicieron. No lo intentaron. No les pareció importante. Posiblemente, porque, a ciencia cierta, no tienen nada que decir.
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Error recurrente y malintencionado es afirmar que, al defender los resultados de las elecciones y señalar al Ministerio Público de abusos, quienes lo hacen forzosamente son militantes o seguidores de Semilla. No es así. Incluso se puede ser simpatizante de Bernardo Arévalo sin “comulgar” con el partido que lo llevó a ganar las elecciones. Sé que esta explicación es innecesaria. Sin embargo, el corto entendimiento de algunos obliga a escribirla. Y obliga a escribirla, no para que comprendan los que, muchas veces a propósito, se niegan a entenderlo. Se escribe por si algún incauto se deja embaucar por los desinformadores a sueldo que, sin pudor, publican cualquier sandez con tal de hacer daño. Guatemala será un mejor país cuando haya quien persiga penalmente a estos rufianes de la difamación. Por ahora eso no es posible. No es viable esperar que se persigan a sí mismos.