Todos creemos, decimos y nos repetimos constantemente que la vida no es color de rosa, pero ¡qué equivocados que estamos! Yo he logrado hacerla color de rosa para mí. Recientemente he adoptado un nuevo estilo de vida; trato, en la manera de lo posible, de tener una actitud y una mente positivas.
¿Crees que podrías mejorar tu actitud hacia la adversidad y las circunstancias del diario vivir? Estoy casi segura de que tu respuesta será positiva. Mark Twain alguna vez dijo: “En mi vida he pasado a través de cosas terribles, algunas de las cuales sí sucedieron”.
Él se refiere a que usualmente hacemos que nuestros problemas parezcan más grandes de lo que realmente son. ¿Cuántas veces se ha dado cuenta de que aquello que le preocupa no termina ocurriendo en absoluto y, en el peor de los casos, termina no siendo un problema tan grave como pensaba?
De este se produce la acción y es el que guía al deseo. Nuestra mente constantemente está generando pensamientos, por lo tanto, nos encontramos en un estado de creación permanente, aunque no nos demos cuenta de ello. Nuestro estilo de vida y nuestra forma de ser están directamente relacionados con nuestros pensamientos.
En pocas palabras: como pensamos, actuamos. Por ejemplo, no podemos elegir nuestras emociones, pero si nos sentimos mal, sí podemos elegir buscar la manera de sentirnos bien. Pensar positivo es un compromiso que debemos adquirir con nosotros mismos.
No es tarea fácil, se trata de botar paradigmas que aprendimos desde la infancia, y sustituirlos por afirmaciones y/o pensamientos positivos. Pero no debe quedarse únicamente en el pensamiento, se requiere de nuestra voluntad para realizar las acciones necesarias que, derivadas de pensamientos positivos, nos ayuden a alcanzar esa tan anhelada sensación de bienestar emocional.
Estos son algunos efectos del pensamiento negativo:
Quejarse constantemente: nos deja insatisfechos e irritables.
Actitud autodestructiva: con esta perdemos la oportunidad de tomar las acciones que nos llevarían a tener éxito y alegría.
Diálogo interno negativo: no importa cuán talentosos seamos, nos sabotearemos y fracasaremos.
La mentalidad de víctima: no permite modificar tus pensamientos y, por ende, tus actitudes.
Para pensar positivo, se pueden tomar en cuenta:
Adopta frases como “Yo puedo”, “Yo soy capaz”, “Quiero…” y elimina frases como “Yo no puedo” y “Yo no nací para esto”.
Da gracias por un nuevo día, siente gratitud por las cosas que posees.
Evita las autocríticas y comparaciones con otras personas. Todos somos únicos.
Sonríe. Aún es tiempo, analízate, corrígete y cambia. Utiliza tu fuerza interior para mejorar tu vida exterior. ¡Haz tu vida color de rosa!