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Modelos narco: Lo que miles de mujeres quieren ser

Las modelos con curvas en Latinoamérica jamás tuvieron la cerrada etiqueta de “plus size”. Con cuerpos esculturales, pero curvilíneos por genética, la cultura del narcotráfico las volvió marca registrada y por supuesto, parias para un sector más elitista de la sociedad.  Pero increíblemente, el negocio que sostiene su modelo corporal tiene éxito hasta en Europa Oriental y ahora hace parte de la moda.

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Maniquíes como Tatiana de los Ríos o Natalia París, colombianas, fueron exitosas en los 90 e impusieron a las modelos con prótesis en pasarela. La mujer ideal voluptuosa que creó el narco no solo tenía que verse con buen busto, como Pamela Anderson. También tenía que verse con buen trasero. 

Esto creó todo un subgénero de mujer modelo  único en su especie, en Estados Unidos equiparado a Kim Kardashian o Amber Rose. Y por supuesto, considerado “vulgar” por muchos.

“No nos aceptan en pasarela por nuestro cuerpo curvilíneo. A muchas de nosotras nos gustaría tener más cintura o más trasero. Pero jamás hemos modelado para diseñadores, somos demasiado gordas para ellos con demasiado de todo”, afirma Natalia, modelo en Intermoda, Guadalajara. Tiene puesta una faja y es mexicana. Y a diferencia de sus compañeras de pasarela, que solamente se exhiben en desfiles, ella parece un maniquí, exhibida en lo alto del stand. 

Y así como ella, están desperdigadas, con aspecto retador y sensual. Vestidas con jeans con apliques, ondas de actriz de telenovela, pestañas postizas y taconazos. A muchas se les notan las prótesis. Y entre más construidas estén, mejor. 

Muchas llevan años haciendo catálogos de este tipo de ropa, que jamás se aceptaría como “moda” para muchos amantes de lo “elegante” (entendido como el ideal europeo). Llevan de una década a dos años. Por ser tan voluptuosas jamás podrían estar en una pasarela con un look a lo Louis Vuitton. 

Pero, a su vez, irónicamente, venden el ideal de miles de mujeres: realzar la figura de reloj de arena y el trasero, al mejor estilo de Nicki Minaj en “Anaconda”. Muchas se mudan a México, otro país donde el modelo “narco” ha evolucionado.  

Un negocio redondo. Fajas y jeans. Jeans colombianos que en su propio país son mirados con horror, así como en países de inmigrantes cafeteros como Chile (como se recordará, la comediante Belén Mora satirizó la genética de muchas colombianas en su polémica parodia). 

Eso no importa mucho:  en países como Alemania estos jeans llegan a venderse en 120 mil unidades mensuales. Tan solo la marca “Forma tu cuerpo” llega a vender hasta 40 mil unidades mensuales. “Los jeans colombianos tienen la ventaja de que son 70% algodón y 30% elastina. Además, la pinza que hace que realce el trasero hacia arriba va con doble refuerzo. Esto tiene mucho éxito porque las mujeres quieren realzar su figura”, explica el diseñador de la marca.

Esto también pasa con las fajas. Hay incluso marcas que se han expandido hasta Estados Unidos, como Ann Cherry, que inició hace 35 años. Pero ahora tiene éxito internacional a través de México y por la misma razón: todo se hace para marcar cintura, caderas y trasero. También para ayudar a las mujeres con sus postoperatorios. 

“Somos famosos por nuestros materiales y diseños colombianos. Ahora las mujeres invierten más en belleza corporal y el modelo que importamos nosotros tiene éxito, ya que muchas quieren lucir un cuerpo curvilíneo”, afirma la representante de ventas de la marca.

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Asimismo, los leggings, aunque vilipendiados, son apetecidos. Marcas como Biruba también han tenido éxito, pues destacan las piernas de las mujeres. Y así como las famosas, muchas quieren lucirlo todo y marcar la piel. 

Aunque el narco impuso un modelo de mujer, su ropa ha tenido éxito en ventas a nivel mundial y cada vez es más cotizado. Así sus modelos sean rechazadas en pasarelas y ganen mucho menos que sus contrapartes sin curvas (ellas ganan 12 mil por semana, las modelos con curvas 10 mil) . Pero fenómenos como las “Bendecidas y Afortunadas” o Kim Kardashian en un vestido forrado han hecho de mujeres con más cuerpo un fenómeno imparable.

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