El director general de Facebook Mark Zuckerberg afirma que la noción de que esa red social influyó en el desenlace de las elecciones de Estados Unidos es “absurda“.
Sin embargo, la mayoría de los estadounidenses (seis de cada 10) dice que recibe al menos parte de su información de las redes sociales, mayormente de Facebook, según el Centro de Investigaciones Pew. Y si bien buena parte de esa información proviene de medios reconocidos, como CNN o BuzzFeed News, a través de la red se distribuye información falsa también, que es compartida por los usuarios, recomendada por los programas de software y ampliada por ambos.
El origen de esa información falsa es variado, desde artículos producidos por “granjas de contenido” con el único fin de generar clicks, hasta portales “hiperpartidarios” de ambos extremos del espectro político, que producen artículos poco confiables.
Un ejemplo: “Agente del FBI bajo sospecha en la filtración de emails de Hillary hallado muerto en un aparente asesinato/suicidio”, un titular fabricado de un portal noticioso llamado Denver Guardian, que fue compartido miles de veces en los días previos a las elecciones presidenciales.
¿Es posible que los votantes hayan sido persuadidos de elegir a uno u otro candidato, del mismo modo que son convencidos de comprar un producto tras ver un aviso en Facebook?
Zuckenberg dice que hay que darles más credibilidad a los votantes.
Durante una entrevista llevada a cabo el jueves con el autor de “The Facebook Effect” David Kirpatrick, Zuckenberg dijo que la idea de que la gente votó como lo hizo por la información falsa que circuló en Facebook revela una “total falta de empatía” con la gente que apoyó a Donald Trump.
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“La gente toma decisiones basadas en sus experiencias de vida”, sostuvo.
En vista de la agria contienda política de la que el país acaba de salir, en la que numerosos amigos de toda la vida, e incluso familiares, fueron borrados de la lista de “amigos”, mucha gente se pregunta si la historia hubiera sido otra de no haber mediado Facebook, Twitter y demás.
Después de todo, estas fueron las primeras elecciones en las que las redes sociales funcionaron a plenitud y Facebook y Twitter probablemente incidieron más que las cadenas televisivas, las charlas familiares y las conversaciones en la oficina.
Pero, ¿no son las redes sociales un reflejo de nuestro mundo? ¿Puede ser que se tome a Facebook como chivo expiatorio cuando la respuesta es mucho más compleja?
Si bien el Pew indicó que mucha gente considera que las discusiones políticas en las redes sociales son “muy hostiles e irrespetuosas”, una cantidad comparable de personas dijo que opina lo mismo de las conversaciones cara a cara.
EL VERDADERO FILTRO
Zuckenberg afirma que entre los usuarios de Facebook, casi todo el mundo tiene amigos “del otro bando”. Incluso si el 90% de los amigos de alguien son demócratas, hay siempre un 10% de republicanos. De todos modos, esa cifra no es muy alta y se habla mucho de la noción de que las redes sociales hacen que la gente se rodee exclusivamente de personas que comparten sus ideas.
“No es que no haya determinado contenido, que no tengas amigos que apoyan a otro candidato o sean de otra religión”, expresó Zuckerberg. “Lo que ocurre es que uno no hace click con esa gente o ideas. Las descarta. No sé cómo interpretar eso”.
UN DELICADO BALANCE
Facebook niega ser una empresa editorial o periodística. Su lema de que su objetivo es que el mundo sea más “abierto y conectado” pareciera invitar a expresar numerosos puntos de vista. Pero esta propuesta hace más difícil combatir las noticias falsas. En un mundo en el que todos piensan que tienen sus opiniones y sus propios hechos, en titular engañoso de alguien puede ser una verdad sentida de otra persona.
“Nos tomamos muy en serio la información falsa que circula en Facebook”, expresó Adam Mosseri, ejecutivo a cargo del hilo noticioso de Facebook, en una carta enviada al blog tecnológico TechCrunch esta semana. “Valorizamos las comunicaciones auténticas y escuchamos todo el tiempo que los usuarios de Facebook prefieren no ver información falsa”.
Facebook admite que tiene mucho trabajo por delante y parece depositar su fe en el poder de los datos, la inteligencia artificial y los algoritmos como herramientas para resolver el problema.
Recientemente Facebook despidió a un pequeño grupo de periodistas a cargo de las cosas “trending” (tendencias) y los reemplazó con algoritmos. Lo que desencadenó esa medida habría sido un blog tecnológico, basado en una fuente anónima, que dijo que los editores rutinariamente eliminan puntos de vista conservadores.
Acto seguido, las noticias falsas de cara a las elecciones comenzaron a ser tendencia.