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Tamales: Una tradición muy nuestra

Cuando recuerdo mi infancia mi mente se llena de imágenes de mi abuelita Cory, los sábados y domingos, cocinando en su casa. Mi mamá ha sido muy trabajadora toda la vida y en las vacaciones solía dejarnos a mis hermanos y a mí con mi abuelita para que nos cuidara.

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Cómo olvidar el sonido del chicote del cabrero (nombre que le puse yo al señor que guiaba a las cabras) que nos decía que podíamos salir a comprar leche fresca de cabra. Según mi abuelita, eso me curaría el asma, más creo que era porque le encantaba tomar un vaso con leche.

Recuerdo, además, cómo nos enseñaba a preparar tamales todos los sábados y eso nos unía como familia, ya sea para ayudar o para comer.

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Mi hermano Bassylis era el catador oficial. “Chabe, tengo que probar otro porque con el primero no le siento bien el sabor” era la excusa para comerse dos. Más allá de preparar tamales, recuerdo las historias que llegaban a contar todos los familiares con la invitación: “Te espero en mi casa, que va a haber tamales y son los mejores los de la Chabe”.

¿Cuál es el mejor consejo para preparar tamales?, pregunté y me contestó la preparación de la olla. Cuando terminemos de preparar estos tamales, toma la olla grande, cubre las paredes y el fondo con hojas. Ordena los tamales y agrega agua hirviendo. Nunca agregues mucha agua, agrega una cucharada de sal y tápalos con más hojas, y una bolsa plástica para cubrirlos. Coloca la tapadera y déjalos cocinar. Si falta agua, es mejor agregarle agua caliente que pasarnos al principio.

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No olvides que el éxito de mi receta es que siempre escojo los mejores ingredientes, cuido y limpio muy bien las hojas para envolverlos y los hago con mucho cariño para ustedes. Al viajar por Guatemala, he probado muchas clases de tamales. Lo lindo es que cada región de nuestro país tiene su propia receta que llenan de sabor las tradiciones de cada pueblo. ¿Cuántos tamales habré probado? Les dejo mi listado y espero que me ayuden a ver cuáles me faltan.

Los itchites y bollitos son originarios de Petén. Confieso que cuando probé los bollitos me comí dos. Probé los tayuyos en San Cristóbal Totonicapán, aunque sé que también se preparan en Chimaltenango. De los boxboles me encantó la historia de cómo era un platillo del pueblo ixil. En Quiché me parecieron un poco más picante que en Baja Verapaz. Los tascales son tamalitos de elote de Nueva Concepción Escuintla. Los poch son tamalitos que llamaron mucho mi atención por ser torteados.

Son tradicionales de las comidas de Cobán. Los shepes fueron el almuerzo al visitar Chiquimula, acompañados de chicharrón y yuca. Los paches están entre mis favoritos, visitar en Xela la casa de la doctora Irmalicia Velásquez Nimatuj es una experiencia que recuerdo con mucho cariño. El tamal blanco dulce es originario de Quetzaltenango y de Sacatepéquez. Los chuchitos no sé de dónde se originan, pero sí sé que se comen en todos lados y son exquisitos.

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El de cambray es un tamal de sabor dulce, único en su forma de envolver. Es originario del departamento de Guatemala. El chipilín está entre los favoritos de los chapines. Es originario de Oriente, aunque lo probé en Atitlán. Siempre lo acompañan con crema y queso duro. El de arroz proviene de Huehuetenango y Quetzaltenango.

Al ser preparados con harina de arroz, son muy diferentes a los demás. Los de loroco son del oriente del país. Me encantan por su peculiar olor. Los tamales negros son preparados en diciembre, son dulces por el chocolate. No importa qué receta tengas, lo importante es que cada vez que hay tamales para comer, hay una fiesta llena de tradición y de historia con el sabor de cada familia, y que ese tesoro pasa de generación en generación.

¿Y tú ya tienes la receta de tus tamales?

Información En la gastronomía guatemalteca existen varios tipos de tamales: Itchites y bolillos Tayuyos Boxboles Tascales Poch Shepes Paches Tamales blancos dulces Chuchitos Tamales de Cambray Chipilín, entre otros…

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