Esta encomienda, literalmente, hace valer la frase esa de que “el cielo es el límite”.
El Proyecto Loon es una red de globos que viaja 20 kilómetros encima de la superficie terrestre, alejada de las aeronaves y meteorológicos. Es parte del desarrollo de la subdivisión X de la compañía matriz de Google, la empresa Alphabet, y nace de lo que sus propulsores entienden es una necesidad mundial.
“Más de la mitad de la población mundial carece de acceso al internet. Esto es una realidad y desde hace unos años nos dimos a la tarea de buscarle una solución al problema”, le dijo a Metro el director del programa de operaciones de vuelo de Proyecto Loon, Nick Kohli.
Así las cosas, los globos de Loon alcanzan el firmamento con el objetivo de abordar el desafío de conectividad, llevando cobertura de internet a zonas rurales y remotas o a áreas afectadas por desastres. La señal de los globos Loon ofrece un área de cobertura más amplia que la infraestructura LTE, ideal para áreas grandes con baja densidad poblacional
Desde 2013, el Proyecto Loon tiene al cielo de aliado. Su primer lanzamiento sucedió en Nueva Zelanda y se hizo de forma manual. Allá, un granjero de ovejas de la localidad de Canterbury fue el primero en beneficiarse con conexión a internet potenciada por los globos. De aquí en adelante, el planeta entero sería su escenario de desarrollo.
En mayo de 2014, Loon logró darle internet a una escuela en el poblado de Agua Fría, en Brasil. La evolución del proyecto Loon prosiguió con mejorías en su control de navegación durante 2015, año en que comenzó a llamarle hogar a Puerto Rico. En febrero de ese año se logran mejoras en la distribución de aire y paneles solares, lo que logró darle más eficiencia a Loon a la hora de ascender, descender y aprovechar las corrientes de aire en la estratósfera.
Entonces, en verano de ese mismo año, recordó Kohli, se completó la construcción de un lanzador personalizado capaz de lanzar 20 globos por día. “Antes, nos tardábamos horas largas y necesitábamos varias personas para apenas lanzar un globo”, destacó Kohli.
A principios de 2016 comenzaron los lanzamientos desde este archipiélago puertorriqueño, de donde salen los globos de Loon hacia distintas partes del mundo, con la intención de beneficiar zonas rurales remotas. Por ejemplo, globos lanzados en Puerto Rico han sido recuperados en la región inca de Perú tras travesías de 98 días. Igual ha sucedido en otros países sudamericanos, como Colombia y Chile.
“En Puerto Rico hemos encontrado las condiciones perfectas para mejorar este proyecto. Además, ahora con nuestras grúas de lanzamiento, como la Chicken Little que hemos traído a Puerto Rico, la evolución del proyecto ha cobrado más fuerza”, puntualizó Kohli.
Los globos Loon suben o bajan entre las distintas capas de viento, lo que les permite viajar a distintas velocidades y direcciones alrededor del globo terráqueo. A través de alianzas con operadores de red de los distintos países a donde viajan sus globos, Loon aprovecha la infraestructura de Internet existente y pasa la señal globo a globo, a través de la red, para conectar a los usuarios en tierra utilizando la tecnología LTE (Long Term Evolution) de cuatro gigas.
El área de lanzamiento en Puerto Rico ubica en las instalaciones de la otrora base militar Roosevelt Roads, en la ciudad de Ceiba, al este de la isla grande, gracias a un acuerdo económico multianual al que llegaron con el Gobierno estatal.
Kohli, director del programa de operaciones de vuelo del Proyecto Loon, es acompañado en Puerto Rico por el gerente del sitio de lanzamiento, Dave Thompson; Julie Jin, jefa de sobrevuelos, integración del espacio aéreo y seguridad; y Peter López y Matt Tabor, equipo encargado del lanzador automático.
“Esperamos en un futuro lograr darle internet a quienes carecen de conectividad, pues con cada día que pasa esto se torna más necesario”, finalizó Kohli, recordando que además de los continentes de Las Américas y Oceanía, el Proyecto Loon ha logrado impactar países en África, en Europa y en Asia