Nuestros cotidianos correos electrónicos y mensajes de texto, más a menudo que no, conducen a conversaciones mal interpretadas o perdidas en la traducción –todos hemos recibido ese frío, escueto mensaje de un compañero de trabajo que no sabemos cómo interpretar–. Afortunadamente, los emojis –esos juguetones emoticones, llenos de personalidad– están ganando un lugar, tanto que han pasado de ser una inapropiada forma de hablar en línea a un lenguaje genuino que expresa y trasciende las barreras lingüísticas.
Los emojis están aquí para quedarse e incluso expresar características culturales, tal como lo confirmó una encuesta mundial realizada en abril. El informe de la firma de aplicación de teclado SwiftKey analizó entre octubre de 2014 y enero de 2015 más de mil millones de emojis utilizados por usuarios en 16 idiomas diferentes. A partir de los datos recogidos, parece ser que los usuarios de habla francesa les gusta usar el emoji “corazón” más que a nadie, mientras que los estadounidenses son grandes fans de los emoticones de “carne” y “pastel”.
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¿El uso frecuente de emojis te parece extraño? Puede que no si sabes que los lingüistas ya consideran estos emoticones una forma escrita de “paralenguaje” –un término que incluye muchas formas de comunicación que no son lenguaje regular, como los gestos, expresiones faciales, posturas del cuerpo, contacto visual, etc.–, y que ayudan a todos a formar y mantener amistades y relaciones íntimas.
“Los emojis son una forma legítima de comunicación ya que, sin importar la cultura, permiten a todos mostrar cómo nos sentimos cuando no podemos vernos unos a otros, o incluso escuchar la voz de otros”, dice Daniel Allington, profesor asociado de culturas digitales de la Universidad del Oeste de Inglaterra. “Cuando nos estamos comunicando con los amigos y la familia, es una mejora definitiva y cada país tiene sus propias peculiaridades a la hora de hablar. Sin embargo, debemos, por supuesto, tener en cuenta que no pertenecen en todos los contextos, como en una pieza formal de escritura, por ejemplo”.
Más allá de las barreras culturales
Una de las razones de por qué se propusieron los emojis originalmente fue para distinguir entre temas serios y chistes. Sin embargo, junto con otras señales que ayudan a enriquecer nuestra auto-expresión, “la comunicación en línea varía en su formalidad, longitud y estructura, y así, sucesivamente, como tradicionales géneros escritos, y los emojis se han convertido en otra herramienta más para que hagamos uso de ellos. La forma en que se utilizan, y en qué contextos es lo importante”, dice Sarah Pasfield-Neofitou, profesora de estudios japoneses y sociolingüísta de la Universidad de Monash, en Melbourne, Australia.
Al hablar, a menudo hacemos ruidos de escucha o lo que se llaman respuestas mínimas: decimos “mmm” o “sí” en voz baja mientras escuchamos, impulsando al que habla a seguir adelante. Al igual que en las conversaciones cara a cara, la forma “ideal” para utilizar los emojis y el lenguaje es un contexto específico. “Si tu amigo está molesto, por ejemplo, necesitas saber cuándo una broma o un divertido emoji podría animarlo, o cuándo un abrazo físico o una expresión facial de simpatía podría ser mejor. Así como algunas personas son más expresivas con sus cuerpos, la gente tiene diferentes preferencias para la frecuencia del uso del emoji. Ser un buen oyente, ya sea el modo, toma de mucha habilidad”, dice Pasfield-Neofitou. Por otra parte, en la vida cotidiana, a menudo, hay momentos en los que las palabras nos fallan, cuando lo que se necesita es un abrazo o una sonrisa y los emojis representan estos ejemplos de cortesía.
Ellos son lo que somos nosotros
Los emojis nos pueden dar un alto nivel de percepción sobre cómo la gente nos ve. Normalmente, tenemos que trabajar duro para mantener nuestros sentimientos fuera de nuestra cara, pero estamos haciendo una elección consciente cuando decidimos usar o no un emoji. “Esto significa que, si bien los emojis se pueden utilizar para expresar tus sentimientos, pueden también ser utilizados para disfrazarlos”, dice Allington. “Cuando utilizas uno, estás haciendo el equivalente de ponerte una máscara que representa una emoción particular. No es de extrañar que una persona tímida puede preferir usar una máscara. Pero eso no quiere decir que la máscara ha provocado la timidez”.
Otro punto importante es que la forma en que nos comunicamos está altamente conectada con nuestras identidades. Es por eso que algunas personas usan principalmente emojis de expresiones faciales para mostrar emoción, mientras que otros utilizan flores y estrellas y otros emojis para decorar sus mensajes, tal vez de una manera similar al uso de papel carta o tarjetas. Otros pueden utilizarlos como un especie de código secreto, utilizando diversos símbolos a los que se asignan significados alternativos con el fin de mantener una comunicación privada.
“No hay reglas universales que podamos aplicar al uso de los emojis. No usar emojis en un mensaje de cumpleaños para un amigo que siempre hace un esfuerzo para decorar sus mensajes puede parecer frío, usar emojis en una solicitud de empleo puede ser considerado muy poco profesional. Esto puede considerarse similar a la reacción que se obtendría si escribieras un mensaje de cumpleaños a un amigo en papel estándar A4 con un membrete de tipo empresarial, o enviar una solicitud de trabajo impreso en cartulina de color decorada con pegatinas y brillantina. El contexto es extremadamente importante para influir en cómo somos percibidos sobre la base de nuestra comunicación”, señala Pasfield-Neofitou.
El futuro
Muchos de los sistemas de comunicación que utilizamos hoy evolucionaron a partir de imágenes simbólicas, así que usar íconos no es nada nuevo en ese sentido, argumentan muchos lingüistas y expertos. Por lo tanto, los cambios que estamos viendo ahora con emojis en gran parte tienen que ver con la facilidad y la estandarización de ellos, pero eso no quiere decir que vayan a desaparecer pronto. Por el contrario, van a seguir siendo aún más parte de nuestra vida en línea, e incluso fuera, pero hay que tener en cuenta que nunca serán un sustituto de las expresiones faciales reales. “Son básicos en comparación: son solo una sonrisa, una gran sonrisa y una sonrisa con un guiño, además de un puñado de algunos más inventivos que pocas personas reconocen y menos, aun, utilizan”, explica Allington. “Piensa en todas las sonrisas que has visto en las caras de las personas. Hay miles de maneras de sonreír. Aun así, los emojis son mejor que nada y tienen un gran valor”.