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Día mundial del síndrome de Down: Gaby, un ejemplo de superación

Publinews visitó el lugar de trabajo de Gabriela Nájera, para conocer su día a día y cómo se esfuerza para alcanzar sus metas.

De martes a jueves la rutina de Gaby arranca desde las 5 de la mañana. Ella es una persona con síndrome de Down, algo que no ha sido impedimento para alcanzar sus sueños.

Desde abril del año pasado, Gaby labora para Capillas Señoriales, en donde tiene a su cargo varias tareas. “Me gusta mucho trabajar; saco copias, hago tarjetas, cambio las fotos, entre otras cosas”, explica la joven de 24 años.

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Como cualquier adolescente, Gaby está llena de sueños y metas, actualmente cursa segundo básico y espera seguir un bachillerato, para luego proseguir con una carrera en la universidad.

“Mis materias favoritas son las matemáticas y el idioma, voy todos los sábados a estudiar, me gusta hacerlo, porque me permite desarrollarme mejor”, resalta Gaby, quien disfruta pasar tiempo con su mamá y su hermana de 18 años.

Un cambio radical en su vida

De 8 de la mañana a 4 de la tarde se le ve a Gaby en varios de los pasillos y oficinas de Capillas Señoriales repartiendo amor entre sus mejores amigas, siendo una de ellas Abigail Ramos, quien tiene a su cargo los cuidados de Nájera.

“Ella nos ha cambiado la vida, es una persona que valora un montón las cosas. Gaby es muy sincera y nunca miente. Siempre nos endulza el día”, comenta Abigail.

La llegada de la joven a dicho lugar se dio por la alianza que existe entre dicha empresa y la Fundación Margarita Tejada.

“Actualmente hay dos personas que tienen síndrome de Down que trabajan para nosotros. Con Gaby iniciamos con una rutina, pero con el transcurrir del tiempo nos dimos cuenta que ella podía usar una computadora, así que ella tiene a su cargo hacer las tarjetas de agradecimiento para los clientes, ella es de gran ayuda”, agrega Ramos.

Habilidades valiosas

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La inclusión laboral que ha tenido Gaby en el último año le ha permitido desarrollar de una mejor manera sus habilidades y poner en práctica lo aprendido en sus estudios.

Nájera es capaz de manipular cualquier aparato telefónico, tableta o computadora.

“El que una persona que padece síndrome de Down estudie tiene muchos beneficios, a pesar de que sus estudios son un poco más lentos, ellos aprenden a leer y a escribir, y si quieren trabajar también lo pueden hacer”, expone la tutora de Gaby.

Con el dinero que gana en su trabajo, Gaby ayuda con varios de los gastos de su casa, además de contribuir con los pagos de su educación. “El dinero siempre lo divido en varias cosas, me gusta ayudar en mi casa”, elude la joven.

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Abigaíl resalta que es muy importante que las personas con síndrome de Down tengan una inclusión laboral.

“A veces las empresas excluyen a este tipo de personas o no las contratan porque existe un tabú de que ellos son berrinchudos o no prestan atención, pero yo tengo un año de trabajar con ella y se rompieron todos esos paradigmas. Ellos son súper inteligentes y responsables”, puntualiza Ramos.

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