1. Modula tu inteligencia
Un grupo de investigadores de la Universidad de Oulu, en Finlandia, demostró que estar expuestos a un frío medio afecta negativamente al desempeño de tareas cognitivas sencillas, pero nos vuelve más hábiles a la hora de afrontar retos intelectuales más complejos.
2. Afecta a la memoria de trabajo
Experimentos de la Universidad Estatal de Kent, en EE. UU., estimaron que si la temperatura externa es de 10°C, la memoria de trabajo, la velocidad de respuesta y la función ejecutiva de la materia gris, que nos permite planificar y anticiparnos, se ven mermadas. Comprobaron que esos efectos negativos persisten hasta una hora después de resguardarnos en un lugar caliente.
3. Se contagia
Un estudio de la Universidad de Sussex, en Brighton (Reino Unido) demostró que basta mirar un vídeo de una persona introduciendo las manos en agua con cubitos de hielo para sentir frío. Sin embargo, con el calor no existe ese mimetismo fisiológico.
4. Nos deja indefensos
Ellen F. Foxman y sus colegas de la Universidad de Yale, en EE. UU., demostraron que el rinovirus que ocasiona los constipados no es capaz de reproducirse a 37°C, la temperatura que suele presentar el interior del cuerpo, pero sí cuando el mercurio marca entre 33°C y 35°C. En esta franja térmica se sitúan las cavidades nasales cuando nos exponemos durante un tiempo largo al frío.
5. Cambia la microbiota
La composición de bacterias que viven en el intestino humano varía drásticamente cuando la temperatura baja. Estos cambios favorecen la quema de grasa, mejoran los procesos metabólicos y previenen tanto la obesidad como la diabetes.
6. Funciona como quemagrasas
¡Adelgaza en invierno! En la Universidad de Maastricht (Holanda), lo comprobaron con un grupo de voluntarios que, en pantalones cortos y camiseta, permanecieron en una habitación a 15°C o 16°C entre dos y seis horas diarias. La exposición a estas temperaturas aceleró su metabolismo, lo que hacía que el cuerpo gastara más calorías.
7. Es bueno para hacer ejercicio
Clima ideal para deportistas. Biólogos de la Universidad de Stanford, en EE. UU., idearon un guante que disminuye la temperatura corporal de los atletas y jugadores de manera instantánea. Funciona atrayendo la sangre a las palmas de las manos y enfriándola. Eso hace que se recuperen del esfuerzo de manera inmediata y puedan volver a la pista o a la cancha con un rendimiento óptimo.
8. Puede doler
El frío, puede ser agradable, incluso reconfortante hasta los 15°C, pero si la temperatura de la piel es menor, duele. Cuando el termómetro cae bajo cero, saltan las alarmas y se activan los receptores corporales del dolor.
9. Nos hace temblar sin querer
Tiritar es una respuesta automática que se regula en una zona del cerebro llamada núcleo parabraquial lateral, según un grupo de científicos de la Universidad de Oregón, en EE. UU. Esta área valora el nivel de frío que se detecta a través de la piel y decide en qué momento empieza a temblar el cuerpo, además de disminuir el flujo de sangre hacia la dermis para reducir la pérdida de calor, por eso nos ponemos pálidos con el frío.
10. Puede alargar la vida
Al modificar una proteína de los ratones para que su temperatura corporal descendiera unas décimas, Bruno Conti, del Instituto de Investigación Scripps de California, en EE. UU., demostró hace una década que ese frío corporal aumentaba la esperanza de vida un 20% en hembras y un 12% en machos, y les permitía sobrevivir en condiciones óptimas.
*Con información de Muy Interesante.