Fue en 1946 cuando el obstetra Arnold Kegel desarrolló estos ejercicios para tratar problemas de incontinencia urinaria en las mujeres; pero como el músculo pubocoxígeo envuelve la vagina, su entrenamiento pronto se orientó a los beneficios sexuales.
Tanto en hombres como en mujeres, estos ejercicios fortalecen el piso pélvico, lo cual evita problemas de incontinencia urinaria. También, ayudan a controlar mejor los orgasmos y la eyaculación.
Estos músculos, que en palabras de la especialista en orientación sexual Alessandra Rampolla, no se ven, pero “sienten mucho”, aumentan el placer tanto en mujeres como en hombres.
Músculos pubocoxígeos ¿Cómo localizarlos?
Es muy fácil identificarlos y reconocer cómo ejercitarlos. Son esos músculos que se utilizan para intentar controlar la salida de la orina.
Para identificarlos, la próxima vez que vayas a orinar intenta retener el flujo de la orina y déjalo salir de nuevo. ¡Esos músculos que moviste son los indicados!
Para ejercitarlos, contrae esos músculos y mantén la contracción por unos tres segundo; luego relaja y vuelve a contraer.
De acuerdo con la especialista, para tonificar y fortalecer los músculos de la vagina, para controlar mejor los orgasmos y aumentar la fricción durante el acto sexual, se deben realizar por lo menos 100 repeticiones de contracciones por día.
Aunque pareciera un número muy alto por día, lo importante es que puedes realizarlos dentro de varias actividades diarias, como al manejar (o transportarte a tu lugar de trabajo), durante el almuerzo o cena. Sin embargo, Rampolla destaca que debido a que se trata de un ejercicio muy fácil suele olvidarse.
Para lo cual recomienda fijarse una rutina que puedas convertir en un hábito y cumplir con tus ejercicios diarios.
Entra en acción
Además de que estos ejercicios “te entrenan” para aumentar el placer durante un encuentro sexual, puedes realizar una rutina en plena penetración. Esto intensifica la sensación para ambos.