Los anuncios publicitarios son un aspecto de la vida moderna que es prácticamente imposible de escapar. Siempre buscan convencer a los posibles compradores de adquirir cada vez más objetos.
Posiblemente, muchas de estas adquisiciones no son indispensables y, por lo tanto, terminarán convirtiéndose en basura.
Cultura del consumismo
Con la llegada de la industrialización, la preocupación de muchas empresas fue que sus niveles de producción superaran a los niveles de demanda.
Por esta razón, fue necesario cambiar la estrategia de publicidad utilizada. “¿Cómo convencer a las personas de comprar lo que no necesitan?”, fue la pregunta que seguramente muchos directivos se hicieron.
El banquero Paul Mazur describió hace más de 90 años la estrategia de crear una “cultura del deseo”. Mazur indicó que a las personas se les debe condicionar para que quieran cosas nuevas.
¿Preguntarse si lo que se compra es completamente necesario? Eso quedaba relegado a un segundo plano.
Los programas de telerrealidad sobre acumuladores compulsivos han alcanzado mucha popularidad por mostrar el extremo de un hábito promovido por el consumismo.
Incluso ha sido reconocido dentro de la psicología como un trastorno. El Síndrome de Acumulación Compulsiva se caracteriza por la necesidad de acumular objetos y la imposibilidad de deshacerse de los que no necesitan.
Otra propuesta: El consumerismo
Ante el exceso del consumismo, no es de extrañarse que surjan expertas en organización como Marie Kondo. Como respuesta al exceso, Kondo propone el minimalismo y el orden. De hecho, su consejo más famoso es “únicamente conservar lo que provoque alegría”.
Para otras personas, el impacto en el medio ambiente es la razón por la que buscan comprar únicamente lo indispensable.
Los empaques zero waste o de materiales biodegradables se han popularizado bastante en los últimos años. Por otra parte, el uso de ropa de segunda mano se ha convertido en una alternativa a la denominada fast fashion, la moda desechable.
Todas estas propuestas forman parte del consumerismo, un movimiento que promueve la soberanía del consumidor ante las actividades comerciales de las empresas.